La caída del petróleo está poniendo en jaque a las compañías del sector. La baja cotización de la materia prima está poniendo en duda la rentabilidad de sus inversiones y las empresas se están viendo obligadas a realizar fuertes ajustes. Repsol no es ajena a esta tesitura. A la relación directa de su cotización con […]
Dirigentes Digital
| 04 sep 2015
La caída del petróleo está poniendo en jaque a las compañías del sector. La baja cotización de la materia prima está poniendo en duda la rentabilidad de sus inversiones y las empresas se están viendo obligadas a realizar fuertes ajustes. Repsol no es ajena a esta tesitura. A la relación directa de su cotización con la del crudo, la reciente compra de Talisman por más de 10.400 millones está en cuestión. En breve, la compañía presidida por Antonio Brufau presentará su nuevo plan estratégico que será examinado con lupa por el mercado. Se espera que la compañía ofrezca previsiones sobre la integración de la canadiense en su estructura, pero también que anuncie fuertes desinversiones.
La credibilidad del plan debería ser un punto de inflexión para la compañía. Serán clave sus estimaciones del precio del petróleo a medio y largo plazo para despejar dudas sobre el negocio. De momento, los altos dirigentes de la compañía han ofrecido una señal de confianza al mercado con la compra de acciones. El presidente, Antonio Brufau, ha comprado este 2 de septiembre 81.900 acciones a 12,24 euros por acción, lo que supone una inversión de un millón de euros, según ha comunicado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. La cartera del máximo dirigentes asciende al 0,031% del capital valorado a precio actual en unos 5,3 millones de euros. es una participación del 0,031.
El consejero delegado de la petrolera, Josu Jon Imaz, también ha adquirido 40.000 acciones a 12,26 euros, con un desembolso total de 490.400 euros. Ya tiene 89.750 acciones. Miguel Martínez, director financiero se hizo 32.530 acciones a precios de entre 12,27 y 12,3 euros por acción.
Posiciones bajistas
La caída de la cotización ha venido acompañada de un fuerte aumento de posiciones bajistas que desde mayo llevan a apostando a la baja contra la compañía. Grandes hedge funds suelen entrar en el capital de compañía comprando acciones en el mercado cuando las expectativas bursátiles no suelen ser buenas. Repsol se ha convertido en la víctima propiciatoria. Desde mayo las posiciones cortas han pasado de ostentar un 2% del capital al 3,5%. Justo coincidiendo con el anuncio de adquisición de títulos por parte de la cúpula, el fondo Passport Capital, uno de los más agresivos en su operativa, comunicaba que había adquirido un 0,52% del capital.