La presión fiscal sobre los salarios creció un 0,09% en España durante 2016. Esta es una de las conclusiones que desprende el último informe de la OCDE a cerca de imposición directa sobre los salarios. Al contrario que en el conjunto de países miembros, donde el peso de los impuestos sobre los ingresos se ha […]
Dirigentes Digital
| 11 abr 2017
La presión fiscal sobre los salarios creció un 0,09% en España durante 2016. Esta es una de las conclusiones que desprende el último informe de la OCDE a cerca de imposición directa sobre los salarios. Al contrario que en el conjunto de países miembros, donde el peso de los impuestos sobre los ingresos se ha reducido hasta el 36% de media, en España se ha incrementado hasta el 39,5%. Sin embargo, la presión tributaria está distribuida de forma muy desigual: mientras que los empleados soportan un 4,9% de esta carga, los empresarios se llevan el 23% en media. Esta disparidad sitúa a España entre los diez países de la organización con mayor presión contributiva sobre los empresarios, con niveles muy similares a los de Francia, Italia, República Checa o Eslovenia. Por países, Bélgica, Alemania y Suecia son los que más gravan los rendimientos del trabajo, con una presión del 54%, del 49,4% y del 42,8% sobre el coste laboral, respectivamente. En el otro extremo se sitúan Chile (7%), Nueva Zelanda (17,9%) y México (20,1%). Los mayores incrementos se han experimentado en Grecia, con una subida de la presión fiscal cercana a los 1,1 puntos porcentuales. Al otro lado se encuentran Austria (-2,47%) y Bélgica (-1,32%), como consecuencia de las últimas reformas fiscales.