La felicidad laboral ha venido para quedarse. Las políticas retributivas o de responsabilidad social ya no bastan como única motivación para atraer y captar el mejor talento posible. Ahora, los empleados también demandan otras variables vinculadas al denominado ‘salario emocional’ y que están relacionadas con el grado de satisfacción que le reporta el trabajo que desempeña. […]
Dirigentes Digital
| 30 oct 2017
La felicidad laboral ha venido para quedarse. Las políticas retributivas o de responsabilidad social ya no bastan como única motivación para atraer y captar el mejor talento posible. Ahora, los empleados también demandan otras variables vinculadas al denominado ‘salario emocional’ y que están relacionadas con el grado de satisfacción que le reporta el trabajo que desempeña. Según la ‘VII Encuesta Adecco sobre Felicidad en el trabajo’, un 64% de los españoles estaría dispuesto a renunciar a un salario más alto por obtener un mayor grado de satisfacción en su puesto, una cifra un 4,5% superior a la obtenida el año anterior y que se erige como uno de los principales factores a tener en cuenta a la hora de fidelizar el capital humano. Para el 57,4% de los entrevistados, la condición de tener un sueldo más alto no supone per se un motivo de felicidad. De hecho, ocupa el quinto lugar en la lista de causas que aportan bienestar a un trabajador. Por delante se encuentran otros factores como un buen ambiente laboral, contar con un buen jefe o líder, la flexibilidad horaria o poder desarrollar habilidades personales. Por sexos, las mujeres valoran más estas condiciones, especialmente, las que hacen referencia a la flexibilidad horaria y un buen jefe, donde aventajan en puntuación a los hombres. Donde si que coinciden es en el porcentaje de personas que dicen ser felices en su trabajo. En concreto, un 76,6% manifiesta serlo. Una cifra que si bien es alta, supone una reducción de casi cinco puntos porcentuales en los dos últimos años y se sitúa en su momento más bajo desde 2011, cuando comenzó a realizarse la encuesta. De los 3.500 entrevistados, solamente un 38,7% abandonaría su compañía si no le reportase satisfacción, en detrimento del 62% restante que no lo haría, condicionados por la situación del mercado laboral actual. Pese a que casi la totalidad de los encuestados cree que trabajando en España son más felices, existe una minoría que cree que lo sería mucho más en un país como Reino Unido, Alemania o Suiza. La racionalización de los horarios, así como la posibilidad de teletrabajar se sitúan como algunos de los “grandes problemas” pendientes sobre la mesa. Y si bien se han tomado algunas medidas en materia de conciliación como la ampliación del permiso de paternidad a cuatro semanas, un 45,6% opina que sí ayuda, pero lo consideran insuficiente. A nivel geográfico, el grado de satisfacción varía por comunidades autónomas, siendo la Región de Murcia (84,4 %), el País Vasco (79,4%) y las Islas Canarias (78,1%) donde los trabajadores dicen estar más contentos. En cambio, Cantabria (72,1%), Galicia (71,1%) y Extremadura (70,2%) ocupan los últimos puestos, eso sí, todos con un grado de satisfacción superior al 70%. En cualquier caso, aunque más de la mitad de los salariados consideran “fundamental” la influencia que ejerce incluir políticas de felicidad profesional entre los paquetes de beneficios a la hora de elegir un trabajo u otro, se trata de una medida que aún no está lo suficiente extendida.