2016 ha sido el año del Brexit y de la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, pero será 2017, con una agenda ya cargada de citas con las urnas, el ejercicio en el que se desarrollen ambos ‘acontecimientos’. ¿Qué va a pasar con los fundamentales en este nuevo ejercicio? “Hasta ahora, no […]
Dirigentes Digital
| 10 ene 2017
2016 ha sido el año del Brexit y de la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, pero será 2017, con una agenda ya cargada de citas con las urnas, el ejercicio en el que se desarrollen ambos ‘acontecimientos’. ¿Qué va a pasar con los fundamentales en este nuevo ejercicio? “Hasta ahora, no está claro cuáles de sus promesas electorales será capaz de llevar a efecto. En Europa, los neerlandeses, los franceses y los alemanes acudirán a las urnas (y puede que también los italianos), mientras que en primavera está previsto que comiencen las negociaciones sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE)”, apunta la experta de Allianz GI. Y advierte: “Los temores acerca del auge de los partidos populistas podrían hacer que los políticos se dediquen más a regalar los oídos a los votantes y no tanto a aplicar reformas estructurales en este ‘gran año electoral’”. Con todo, Ann-Katrin Petersen recuerda que la economía global “ha resistido bastante bien frente a los últimos acontecimientos imprevistos. Prácticamente en todas las regiones importantes, evoluciona positivamente o al menos se ha estabilizado. Esto, junto con una relativa ‘calma’ en las materias primas, hace prever que los precios continuarán incrementándose a lo largo de los próximos meses, de modo que los indicios parecen apuntar, de momento, a una reflación en vez de a una deflación”. Ahora bien, en lo que respecta a la evolución del IPC, no es lo mismo Estados Unidos que la Zona Euro y Japón, donde probablemente “será muy inferior al objetivo fijado por los bancos centrales. Por consiguiente, la divergencia de política monetaria en uno y otro continente sigue siendo una cuestión fundamental para los inversores”. En general, señala, “la política monetaria expansiva sigue vigente a escala global. Sin embargo, a medida que las tasas de inflación vuelven a la normalidad, cada vez hay más indicios de que la liquidez de los bancos centrales podría alcanzar su nivel máximo en un futuro próximo, posiblemente a principios de 2018”. En lo que respecta al impacto en los mercados, Petersen explica que las Bolsas “se ven respaldadas actualmente por la cuestión de la reflación. Sin embargo, el ‘gran año electoral’ 2017 podría deparar algunas sorpresas y una volatilidad ocasional en los mercados financieros, aunque los inversores parecen haberse acostumbrado a lo imprevisto”. Mientras, con la expectativa de subida de la inflación y la probabilidad de que los bancos centrales no adopten nuevas medidas expansivas, “va a persistir la presión alcista sobre los rendimientos de los mercados de renta fija, especialmente en Estados Unidos”. Al mismo tiempo, ante la divergencia en las políticas monetarias, “la fortaleza del dólar debería continuar”. Finalmente, apunta: “En un contexto de menor ritmo de crecimiento, el alfa seguirá marcando la pauta”.