Las dark pools permiten a compradores y vendedores intercambiar acciones con un mayor anonimato que el que les ofrece el mercado de valores tradicional. Y, aunque no están fuera de la regulación, permiten ofrecer mejores precios de transacción (al no revelar las cotizaciones que manejan), así como librarse de las comisiones y minimizar el riesgo […]
Dirigentes Digital
| 15 sep 2015
Las dark pools permiten a compradores y vendedores intercambiar acciones con un mayor anonimato que el que les ofrece el mercado de valores tradicional. Y, aunque no están fuera de la regulación, permiten ofrecer mejores precios de transacción (al no revelar las cotizaciones que manejan), así como librarse de las comisiones y minimizar el riesgo de que el precio se mueva contra el inversor si el mercado conoce la operación antes de que se lleve a cabo.
Así, desde hace 18 meses el Fiscal General de Nueva York, Eric Schneiderman, está investigando si las Bolsas de valores de Estados Unidos y estas plataformas proporcionan "ventajas indebidas". Un proceso que nació al calor de la polémica desatada tras la publicación del libro "Flash Boys" de Michael Lewis, que mostró como muchas compañías se beneficiaban de ventajas injustas mediante el uso de ordenadores que ejecutaban operaciones a alta velocidad.
Al trabajo de Schneiderman se sumaron pronto el Departamento de Justicia y el regulador bursátil, la SEC, que ya ha anunciado nuevos planes para una mayor supervisión de la negociación de valores.
De momento, Inversion Technology Group, broker neoyorquino, reconoció en julio que había destinado 20,3 millones de dólares para resolver las acusaciones de la SEC de mala praxis en su dark pool, Posit. Antes, en enero, UBS acordó el pago de 14 millones de dólares después de que el regulador bursátil la acusara de crear un "campo de juego desigual" también dentro de su dark pool. Eso sí, la firma suiza ni admitió ni negó los hechos.
Mientras tanto, Barclays negocia tanto con la SEC como con el fiscal general de Nueva York por esta misma cuestión y, según fuentes cercanas a la situación citadas por Bloomberg, habría presentado una oferta que al segundo le parecería baja, por lo que podría llegar a un acuerdo con el regulador bursátil, mientras la oficina de Schneiderman sigue adelante.
Por su parte, Credit Suisse habría alcanzado un principio de acuerdo para abonar unos 85 millones de dólares a las autoridades federales y resolver las denuncias de irregularidades en su plataforma de negociación privada. En concreto, abonaría una multa de 30 millones a la Fiscalía General de Nueva York, y 55 millones se repartirían entre la SEC y la devolución de los fondos ligados a la supuesta infracción.