La volatilidad por fin ha hecho acto de presencia en unos mercados anormalmente tranquilos, pero la mayoría de los inversores institucionales ya estaban preparados para el impacto y sus esfuerzos por diversificar y configurar carteras duraderas estarían dando ya sus frutos, según las conclusiones de una nueva encuesta realizada por Natixis Investment Managers. El 78% […]
Dirigentes Digital
| 05 mar 2018
La volatilidad por fin ha hecho acto de presencia en unos mercados anormalmente tranquilos, pero la mayoría de los inversores institucionales ya estaban preparados para el impacto y sus esfuerzos por diversificar y configurar carteras duraderas estarían dando ya sus frutos, según las conclusiones de una nueva encuesta realizada por Natixis Investment Managers. El 78% de los inversores institucionales esperaba que la volatilidad se disparase en 2018 y está realizando asignaciones oportunistas a productos de gestión activa e inversiones alternativas para alcanzar el objetivo medio de rentabilidad a largo plazo del 7,2% este año. El Centro para el Análisis de Inversiones de Natixis ha analizado las respuestas de 500 inversores institucionales de todo el mundo para conocer cómo estaban conjugando los objetivos a largo plazo con las oportunidades y presiones a corto plazo. Siete de cada diez inversores coinciden en que la incorporación de inversiones alternativas es importante para diversificar el riesgo en las carteras. No obstante, señalan que algunas estrategias alternativas desempeñan papeles diferenciados en sus carteras. Inversiones alternativas para diversificar, gestionar unos riesgos en aumento y conseguir rentabilidad La encuesta pone de relieve que los inversores siguen recurriendo a las inversiones alternativas; así, el 70% de ellos señala que es esencial invertir en activos alternativos para diversificar el riesgo de las carteras y más de la mitad (57%) piensa que los activos alternativos son necesarios para batir al conjunto del mercado. Al pedirles que relacionen las mejores estrategias alternativas con objetivos de inversión concretos, los inversores institucionales indican lo siguiente: – Diversificación: en opinión de los inversores institucionales, las estrategias macro global (47%), materias primas (41%) e infraestructuras (40%) son las mejores opciones para diversificar. – Sustitución de la renta fija: entre las opciones preferidas para conseguir rentas estables a medida que suben los tipos de interés y se pone fin a los 30 años de mercado alcista en la renta fija, están las infraestructuras (55%) y la deuda privada (47%). – Gestión de la volatilidad: las instituciones mencionaron los futuros gestionados (46%) y la renta variable con coberturas (45%) como lo más indicado para gestionar el riesgo de volatilidad. – Generación de alfa: mos mercados tradicionales han generado rentabilidades atractivas, pero las instituciones aprecian oportunidades para batirlos. Siete de cada diez (72%) citan el capital riesgo como su opción preferente para generar alfa dentro de las inversiones alternativas. También consideran que la renta variable con coberturas (45%) es útil para alcanzar este objetivo. – Cobertura frente a la inflación: los inversores institucionales consideran que las materias primas (56%) y el sector inmobiliario (46%) son las mejores estrategias de cobertura frente a la inflación. En el caso de España, los resultados del estudio apuntan también a una mayor inclinación hacia los alternativos. De los 27 inversores institucionales españoles que han participado en el estudio, más de la mitad (56%) considera esencial invertir a través de estrategias alternativas para lograr diversificar, y sus activos preferidos para este fin son global macro (56%), activos inmobiliarios y REITs (44%), infraestructuras (37%) y deuda privada (37%). Además, la gran mayoría de inversores institucionales en España (70%) otorgaría un plazo de más de tres años para probar la eficacia de una nueva estrategia alternativa, demostrando una mayor comprensión de la eficacia en el largo plazo de este tipo de inversiones. A pesar de ello, menos de la mitad (40%) de las instituciones en España consideran que merece la pena correr los riesgos que las inversiones alternativas pueden plantear en las carteras, pese a las rentabilidades potenciales de las inversiones ilíquidas. En ese sentido, dos tercios señalan que los requisitos de solvencia y liquidez han orientado mucho las inversiones hacia el corto plazo y los activos muy líquidos, y los riesgos ocultos que están gestándose en el dinámico entorno macroeconómico y normativo hacen aún más difícil a las instituciones conjugar las oportunidades a corto plazo y los objetivos a largo plazo. “El brusco regreso de la volatilidad a los mercados es un buen recordatorio de la necesidad de adoptar un enfoque sistemático en la diversificación de las carteras”, señala Sophie del Campo, directora general de Natixis Investment Managers para Iberia, Latam y US Offshore. “Los inversores institucionales recurren cada vez más a las gestoras activas y a las inversiones alternativas en busca de las herramientas y la flexibilidad para diversificar sus carteras y atenuar el riesgo”. Las asignaciones activas siguen aumentando Más de tres cuartas partes (76%) de los inversores institucionales creen que el entorno de mercado actual probablemente sea favorable a la gestión activa en 2018. En 2015, la encuesta puso de relieve que las instituciones esperaban que el 43% de los activos totales se invirtieran en estrategias pasivas en 2018, pero en realidad la cifra es muy inferior, 32% en 2017, y los inversores institucionales pronostican un incremento de tan solo el 1% durante los próximos tres años. Más de la mitad (57%) de los encuestados también señala que esperan que la gestión activa bata a la pasiva a largo plazo, aunque tres cuartas partes (76%) afirman que cada vez es más difícil obtener alfa en unos mercados cada vez más eficientes. Nueve de cada diez inversores institucionales consideran que la reducción de las comisiones de gestión es uno de los impulsores más fuertes para las estrategias de inversión pasivas, pero tres cuartas partes (75%) afirmaron estar dispuestos a pagar comisiones más altas por la posibilidad de conseguir rentabilidades superiores. La encuesta también revela la preferencia por las estrategias activas con el fin de obtener exposición a clases de activos descorrelacionadas; así, tres cuartas partes (75%) lo citan como una de las principales razones para preferir los productos de gestión activa frente a los de gestión pasiva. Del mismo modo, tres cuartas partes (75%) prefieren la gestión activa a la pasiva para acceder a las oportunidades en los mercados emergentes, mientras que el 69% opta por estrategias activas para conseguir rentabilidades ajustadas al riesgo y más de siete de cada diez (73%) para conseguir protección frente a caídas. Sophie del Campo explica: “El debate gestión activa frente a pasiva no parece que vaya a apaciguarse, ya que las instituciones han apuntado a un movimiento gradual hacia las estrategias activas. Los argumentos tradicionales en torno al posible ahorro de costes de los productos de gestión pasiva están poniéndose en entredicho, ya que los inversores institucionales aprecian el valor a largo plazo que puede generar la gestión activa y el acceso que puede brindar a un abanico de clases de activos más amplio”.