El análisis de los fundamentales es una técnica que emplean muchos gestores e inversores. En aras de obtener una rentabilidad mayor, observando el clima actual, la clave es dar con las áreas geográficas que pueden propiciar más retorno. En este sentido, Fidelity desarrolló un informe en el que explicaba por qué Asia puede ser atractivo. […]
Dirigentes Digital
| 19 sep 2017
El análisis de los fundamentales es una técnica que emplean muchos gestores e inversores. En aras de obtener una rentabilidad mayor, observando el clima actual, la clave es dar con las áreas geográficas que pueden propiciar más retorno. En este sentido, Fidelity desarrolló un informe en el que explicaba por qué Asia puede ser atractivo. En primer lugar, el crecimiento de los beneficios es sólido en Asia. Las empresas asiáticas se encuentran inmersas en una fase de fuerte recuperación de los beneficios que parece extenderse por los distintos países y sectores. Los analistas de Fidelity calculan que el beneficio por acción (BPA) de la región crecerá un 11,8% y un 7,3% en 2017 y 2018, respectivamente, impulsado por el convincente crecimiento económico mundial y la revalorización de las materias primas. Así pues, destacan que hay algunos sectores más interesantes que otros. Los sectores de materiales y tecnología han liderado la recuperación de los beneficios hasta ahora, pero la mejoría de los márgenes “es ya evidente en diferentes sectores”. Los beneficios están aumentando en los bancos más sólidos a medida que crecen los márgenes de intermediación y la concesión de créditos, “especialmente en aquellas entidades con mayor exposición a las subidas de los tipos en dólares y grandes volúmenes de depósitos que ayudan a controlar el coste de financiación”. El crecimiento de los ingresos sigue siendo relativamente plano en el conjunto del sector del consumo, pero “las perspectivas de crecimiento de los beneficios son mejores en áreas concretas, sobre todo donde la inversión en inmovilizado se ha mantenido bajo control”. De esta manera, las empresas expuestas al crecimiento constante del consumo chin”o parecen estar en la mejor posición en áreas como el juego, los hoteles, la cosmética, los productos de lujo y los aeropuertos”. Aunque, en general, las inmobiliarias chinas se enfrentan a dificultades, en determinadas empresas, explican desde Fidelity, “las perspectivas son más alentadoras. Las ventas de las grandes promotoras, especialmente aquellas centradas en mercados fuera de las ciudades de primera categoría, están creciendo más rápido que el conjunto del mercado, gracias principalmente al aumento de la cuota de mercado”. La estabilidad desbanca a la infravaloración Generalmente, esta coyuntura favorecería a la inversión de estilo “value”, pero el énfasis en la rentabilidad total mediante una combinación de rentas y crecimiento probablemente brinde estabilidad a largo plazo en esta fase del ciclo, con unos dividendos muchos menos volátiles que los precios. La renta variable asiática ofrece actualmente una rentabilidad por dividendo algo inferior al 3%, un nivel que resulta atractivo comparado con la media mundial. Sin embargo, si se rasca la superficie, las cosas se presentan aún mejor para los inversores que buscan rentas. En primer lugar, se prevé que los dividendos crezcan un 5-6% anual durante los próximos tres años, acercándose así a sus medias a largo plazo. En segundo lugar, los porcentajes de distribución de beneficios, en torno al 40%, son bastante bajos frente a la media mundial . Esto significa que “hay margen de mejora en este punto, pero también gran cantidad de coberturas defensivas en caso de que el crecimiento económico se modere”.