La última en sumarse a esta tendencia ha sido Legg Mason, que ha llegado a un acuerdo para la adquisición de una participación del 82% en el robo advisor Financial Guard, que operará como parte del negocio de distribución de estrategias alternativas de la gestora. Este movimiento de Legg Mason sigue la ola de operaciones […]
Dirigentes Digital
| 12 jul 2016
La última en sumarse a esta tendencia ha sido Legg Mason, que ha llegado a un acuerdo para la adquisición de una participación del 82% en el robo advisor Financial Guard, que operará como parte del negocio de distribución de estrategias alternativas de la gestora.
Este movimiento de Legg Mason sigue la ola de operaciones similares llevadas a cabo por sus competidores en los últimos meses. Uno de los más recientes, la decisión de un grupo de firmas, entre las que destacaba UBS, Eaton Vance o New York Life, de invertir 40 millones de dólares en SigFig, una firma tecnológica de gestión patrimonial que ofrece servicios de asesoramiento automatizado y construye herramientas digitales para dispositivos móviles.
En España, Feelcapital y Tressis también han llegado recientemente a un acuerdo para facilitar a los clientes del primer robo advisor español la ejecución de las operaciones en sus carteras de fondos. Así, los clientes asesorados por Feelcapital que cuenten con un patrimonio mínimo de 25.000 euros e intermedien sus operaciones a través de Tressis, disfrutarán del servicio Premium de forma gratuita durante un año.
Fuera de nuestras fronteras, donde el negocio digital está más desarrollado, gestoras como Charles Schwab o BlackRock y grandes bancos también están incorporando estas herramientas en su cartera de productos para reducir costes y alcanzar a los nuevos segmentos de clientes que prefieren una interacción a través de canales digitales. "Algunas de las startups pioneras han firmado alianzas estratégicas con jugadores tradicionales: por ejemplo, Betterment se ha aliado con Fidelity Institutional Wealth Service, o Future Advisor con BBVA Compass", indican en un reciente informe los analistas de BBVA Research.
Los expertos explican que si bien los modelos actuales siguen manteniendo en mayor o menor medida el factor humano, la automatización plantea una serie de retos regulatorios y de negocio.
Sin embargo, consideran que "gracias a la reducción de costes inherente a los sistemas de asesoramiento automatizados, la proliferación de productos de inversión pasiva y los cambios actitudinales de los consumidores, la barrera de entrada se ha rebajado considerablemente". Vanguard, por ejemplo, oferta ahora su servicio automatizado (Personal Advisor Services) a clientes con carteras a partir de 100.000 dólares.
Las estimaciones de mercado para 2020 varían de las estimaciones de la consultora ATKearneyque apuntan a 2 billones de dólares en volumen de activos gestionados, considerando los nuevos clientes y los detraídos de los asesores tradicionales, a los 490.000 millones de dólares apuntados por Cerulli, partiendo de los 18.700 millones de dólares actuales. El grueso del mercado se centra actualmente en Estados Unidos, si bien algunas firmas europeas (Nutmeg, Wealth Horizon) y asiáticas (Dragon Wealth) también cuentan con este tipo de servicios.