Los tipos negativos, no sólo los fijados por las autoridades monetarias, sino las rentabilidades de los propios bonos por debajo de cero, “no funcionan”, afirma tajante este experto. Y explica, durante su exposición en el Bond Vigilantes Day de M&G, que simplemente “por debajo de cero en lugar de reforzar la economía, la debilitamos”. Esencialmente, […]
Dirigentes Digital
| 03 nov 2016
Los tipos negativos, no sólo los fijados por las autoridades monetarias, sino las rentabilidades de los propios bonos por debajo de cero, “no funcionan”, afirma tajante este experto. Y explica, durante su exposición en el Bond Vigilantes Day de M&G, que simplemente “por debajo de cero en lugar de reforzar la economía, la debilitamos”. Esencialmente, añade, porque dañamos a las entidades financieras. Y es que, en el centro de los ‘efectos perversos’ de las políticas ultra-laxas de los bancos centrales se encuentra la industria bancaria, que se encuentra sometida a esta presión de tipos mínimos (o negativos) que impactan en sus márgenes, lo que pone en duda su rentabilidad y, por ende, la salud de su balance. “Para tener una economía sana, necesitamos bancos sanos, que presten”, declara tajante. “Las autoridades monetarias han hecho todo lo que han podido, es el momento de que entre en escena el gasto de los Gobiernos”, señala. Quizá por ello el riesgo político ha ido escalando posiciones entre los múltiples frentes abiertos de los mercados financieros. De hecho, este experto apunta que se está llegando a imponer incluso sobre los bancos centrales, las perspectivas de inflación o el crecimiento global. Destaca las consecuencias de las elecciones de Estados Unidos (que se celebran el próximo martes, 8 de noviembre) y alerta: “Quizá haya meses de debates legales, no se sabe… Históricamente, lo que hemos visto es que tras unos comicios el dólar se fortalece, sea cual sea el resultado; mientras que si ganan los republicanos los mercados cosechan peores resultados que si se imponen los demócratas”. No se olvida del referéndum constitucional de Italia, ni tampoco de las implicaciones del Brexit. Y, en lo que respecta a la deuda transalpina apunta que los bonos protegidos frente a la inflación son “valiosos” e “interesantes” si los comparamos con España. En su opinión, “toca el fin de este ciclo, se han producido 650 recortes de tipos y no vamos a ver más”, por lo que conviene reducir duración. Finalmente, llama la atención sobre el crédito corporativo, con buenas oportunidades en Estados Unidos (fuera del sector energético) y advierte que hay que tener presente el debilitamiento de China a la hora de invertir en deuda emergente, donde conviene “ser selectivos”.