Lula da Silva ha sido acusado de tres cargos de corrupción, que conllevan una sentencia máxima de 16 años cada uno, y tres de blanqueo de dinero, con una posible condena de hasta 10 años por cargo. Sin embargo, si es hallado culpable la sentencia será determinada por el juez. Sergio Moro, magistrado brasileño, ha […]
Dirigentes Digital
| 21 sep 2016
Lula da Silva ha sido acusado de tres cargos de corrupción, que conllevan una sentencia máxima de 16 años cada uno, y tres de blanqueo de dinero, con una posible condena de hasta 10 años por cargo. Sin embargo, si es hallado culpable la sentencia será determinada por el juez.
Sergio Moro, magistrado brasileño, ha dicho que, de acuerdo a las acusaciones de los fiscales, Lula fue un "beneficiario directo" de sobornos de OAS SA, una de las empresas de construcción e ingeniería que están en el centro del escándalo de la petrolera nacional brasileña, por lo que debe ser juzgado.
También serán juzgados la esposa del ex mandatario, Marisa Leticia Lula da Silva; Paulo Okamotto, presidente del Instituto Lula; y varias personas más relacionadas con los casos de corrupción.
Según informa Reuters, Lula dijo que las acusaciones son una "farsa". "Lo que pasa me motiva más para salir y seguir hablando", sostuvo el ex dirigente, quien agregó que "seguirá luchando".
Por otro lado, la sucesora de Lula, Dilma Rousseff, fue declarada culpable por el Senado de haber violado las leyes presupuestarias. Por su parte, el ex vicepresidente Michel Temer, quien asumió como mandatario, ha inclinado al país hacia la derecha política y económica en un intento por poner fin a la peor recesión que enfrenta Brasil desde la década de 1930.
La decisión de Moro podría evitar que Lula protagonice un regreso político en la campaña para las elecciones presidenciales de 2018, idea que ya había anunciado el ex presidente. También podría acabar con las esperanzas del Partido de los Trabajadores (PT) de volver al poder, o incluso de seguir existiendo, según algunos expertos.
Sin embargo, pese a las acusaciones de corrupción que enfrentan el Partido de los Trabajadores y varios de sus ex aliados de coalición, recientes encuestas mostraron que Lula sigue siendo uno de los candidatos preferidos para el 2018.