Concebido bajo los estándares de la competición deportiva, el director de la marca ya había adelantado que su objetivo no era tener la mayor velocidad punta, sino ser el coche de calle más rápido y gratificante en circuito. Y así es. Con 916 caballos de potencia, KERS y DRS incluido, el McLaren P1 es el […]
Dirigentes Digital
| 08 jul 2014
Concebido bajo los estándares de la competición deportiva, el director de la marca ya había adelantado que su objetivo no era tener la mayor velocidad punta, sino ser el coche de calle más rápido y gratificante en circuito. Y así es. Con 916 caballos de potencia, KERS y DRS incluido, el McLaren P1 es el vehículo de calle más parecido a un Fórmula 1.
La deportividad como objetivo
No alcanza, por tanto, los mil caballos de los que tanto se rumoreó hasta su lanzamiento. El motor V8 3,8 litros de gasolina le entrega nada menos que 737 caballos a 7.500 revoluciones por minuto y un par máximo de 720 Nm, a los que se suman otros 179 caballos y un par de 260 Nm de forma instantánea con sólo pulsar un botón, el que activa el motor eléctrico.
Ambos motores se asocian para entregar una potencia de 916 caballos y 900 Nm de par que se transfieren al eje trasero mediante una caja de cambios automática de doble embrague de siete velocidades. Sin embargo, el motor eléctrico también puede utilizarse de forma autónoma para hacer rodar el vehículo a baja velocidad durante más de diez kilómetros, lo cual le confiere al P1 un consumo mixto combinado de 8,3 litros y unas emisiones de 194 gramos.
Con todo, el último McLaren es capaz de alcanzar los 100 kilómetros por hora en 2,8 segundos, e incluso dobla esa velocidad en menos de siete, y alcanza una punta cercana a los 390 kilómetros por hora, limitada electrónicamente a 350. En el volante, el botón IPAS confiere al conductor la posibilidad de utilizar un auténtico KERS, al obligar al motor eléctrico a entregar toda su potencia durante cerca de medio minuto. Junto a él, otro de DRS le permite regular el alerón trasero hasta generar una carga aerodinámica adicional de seiscientos kilos.