La renta variable japonesa ha sido una importante víctima de la oleada de ventas registrada por la Bolsa china y por el nerviosismo en torno a la economía del gigante asiático, como reflejo de los importantes vínculos comerciales entre ambos países y el papel tradicional de su divisa, el yen, como refugio seguro global. Al […]
Dirigentes Digital
| 09 oct 2015
La renta variable japonesa ha sido una importante víctima de la oleada de ventas registrada por la Bolsa china y por el nerviosismo en torno a la economía del gigante asiático, como reflejo de los importantes vínculos comerciales entre ambos países y el papel tradicional de su divisa, el yen, como refugio seguro global.
Al mismo tiempo, y a pesar de todos los esfuerzos de las autoridades, la economía no termina de remontar: el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un crecimiento de apenas el 0,6% para este año, mientras la inflación cayó en agosto por primera vez desde abril de 2013, cuando el BoJ lanzó su programa de compras de activos (QE).
De hecho, la agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s (S&P) al rebajar el rating de su deuda (hasta "A+" desde "AA-", con perspectiva estable) advertía que es poco probable que las medidas del Gobierno cambien el escenario de debilidad económica en dos o tres años.
Pero, ¿y si la autoridad monetaria echa "más madera"? En su reunión de esta semana, el Banco de Japón mantuvo sin cambios su política, así como su visión sobre la economía. Es más, su gobernador, Haruhiko Kuroda, quiso hacer especial hincapié en que no hay ningún cambio importante en las perspectivas en este momento, aunque dejó claro que siguen dispuestos a tomar nuevas medidas expansivas si es necesario para alcanzar el objetivo de inflación del 2%.
En este contexto, los analistas de Barclays llaman la atención sobre el contraste entre lo que denominan datos "blandos", que parecen "relativamente fuertes", y los "duros", más "débiles". Por ejemplo, los pedidos de maquinaria ("duros) no apoyan los planes de capex sólidos (blandos) a los que apunta en Tankan. Con esto en mente, la firma adelanta su previsión de mayores estímulos por parte del BoJ a la reunión del 30 de octubre (frente a la anterior estimación que apuntaba a abril del año que viene). Un encuentro en el que actualizará sus estimaciones de PIB e IPC.
Concretamente, estos expertos apuntan a un aumento del ritmo anual de expansión de la base monetaria hasta los 100-110 billones (desde los 80 billones actuales); un impulso de las compras de deuda por lo que el balance del BoJ se ampliaría a 100 billones (desde los 80 actuales); un incremento de la madurez media de dichas adquisiciones al sector de los 9-12 años (desde los 7-10 años actuales); un ascenso de las compras de ETFs vinculados a renta variable (a seis billones desde los tres actuales); y una reducción de la tasa de interés sobre el exceso de reservas al 0,05% (0,1% ahora).
Así, en lo que respecta a la renta fija, creen que cualquier movimiento en este sentido "estimularía los descensos de las rentabilidades liderado por los vencimientos más largos. Mientras que si este escenario no se cumple, podríamos esperan un lento, pero constante, aumento en las yields hasta fin de año".
Más razones para la esperanza
Por su parte, Capital Economics confía en un "fuerte rally" de la renta variable japonesa en lo que resta de año, no sólo por la ampliación de los estímulos que también esperan para finales de octubre, sino porque prevén una mejora en el sentimiento hacia China y por las reformas "pro-empresas" del Gobierno de Shinzo Abe y el impulso positivo del pacto de libre comercio del Pacífico (TPP por sus siglas en inglés).
Estos expertos otorgan un precio objetivo para el Nikkei de 23.000 puntos a finales de 2016, lo que supone un potencial del 30% respecto a los niveles actuales.
Más cautos son los analistas de Julius Baer, cuyo consejo para este mercado es de neutral, pues estiman que los ingresos aumenten aproximadamente un 11% en el año fiscal 2015 y un 8% en el siguiente ejercicio. Esto, combinado con un ratio precio/beneficio de 15,2 veces, les lleva a calcular un precio objetivo de 20.000 puntos.