Más de un millón de inmigrantes entró en Alemania el pasado año, y el Ejecutivo quiere tenerlos lo antes posible dentro del mercado laboral, lo que reduciría su dependencia del Estado y compensaría la falta de empleados mientras envejece la población activa.
Merkel presionará a las reacias compañías germanas a que ofrezcan más becas y puestos de empleo para los refugiados, ha indicado la dirigente al diario Bild. Las grandes
empresas ya han sido objeto de críticas por haber hecho poco para ayudar a integrar a los refugiados en el mercado laboral.
Las empresas dicen que la mayoría de los que acaban de llegar carecen de habilidades en lengua alemana y de la formación requerida para un empleo.
El gigante de la ingeniería Siemens, el grupo químico Evonik, los fabricantes de coches Opel y VW y la eléctrica RWE compartirán con Merkel los resultados de proyectos piloto con refugiados.
Las 30 mayores empresas cotizadas del DAX habían contratado hasta junio a sólo 54 refugiados, entre ellos 50 contratados por Deutsche Post. El vicecanciller Sigmar Gabriel instó a las grandes empresas el mes pasado a que hagan más por los refugiados, diciendo que sus esfuerzos palidecen frente a las pequeñas y medianas empresas del país, consideradas la columna vertebral de la mayor economía de Europa.