Lo cierto es que las entidades aún no tienen claro qué modelo seguirán a partir de enero de 2018, cuando la Directiva entre en vigor. En concreto, el 47% de las firmas encuestadas se mostraban aún indecisas, frente al 26% que aseguran que seguirán la regulación dotándose de presupuesto para ese gasto en research, y […]
Dirigentes Digital
| 13 may 2016
Lo cierto es que las entidades aún no tienen claro qué modelo seguirán a partir de enero de 2018, cuando la Directiva entre en vigor. En concreto, el 47% de las firmas encuestadas se mostraban aún indecisas, frente al 26% que aseguran que seguirán la regulación dotándose de presupuesto para ese gasto en research, y el 19% que asegura que seguirán cobrando a los clientes, aunque desglosando claramente ese coste de ejecución y análisis para que el inversor sea consciente de ello. Un 8% se mostraba favorable a trasladar ese coste solo para cierto tipo de análisis.
La encuesta llega pocas semanas después de que la firma Woodford Investment Management emitiese un comunicado asegurando que ellos pagarán los análisis de terceros de su propio bolsillo. Algo que ya hacen otras firmas, que han apostado por asumir ese coste sin repercutirlo a los clientes. Según los expertos, esta sería la opción que finalmente se imponga para la mayoría.
El objetivo de MiFID II es evitar conflictos de interés en beneficio del cliente final. En un reciente análisis, Mike Mayhew, experto de la firma Integrity Research Associates, explica que fondos de pensiones, aseguradoras e inversores minoristas serán los más beneficiados por esta parte de la norma. "Tanto la FCA como ESMA argumentan que los dueños de los activos han estado pagando comisiones elevadas por análisis externos empleados por los gestores, porque esas comisiones no se han gestionado eficientemente al no estar gastando su propio dinero", indica el experto.
Sin embargo, Mayhew advierte que la exigencia de la norma para que los gestores de activos paguen de su propio bolsillo estos análisis externos podría traer aparejado un incremento en las comisiones de gestión.
Si las gestoras reducen los recursos destinados al análisis externo, los primeros que verán disminuir sus cifras de negocio serán los bancos de inversión y las casas de análisis independientes. Y esto, a su vez, entrará a formar parte de un círculo vicioso en el que existirá una menor cobertura (en lo que análisis se refiere) sobre ciertas clases de activo. Del mismo modo, desde Integrity Research Associates advierten de que "la reducción de la competencia en la industria de gestión de activos también podría dar lugar a un aumento de los gastos de gestión para los inversores minoristas".