La colosal tarea, vital para la recuperación económica del país, debía haberse completado en 2013 y cerca de cuatro quintas partes del país están consideradas ya libres de minas. Sin embargo, el lento proceso llevó a que la comunidad internacional retrasara la fecha límite en 10 años e incluso esa marca ahora resulta complicada en […]
Dirigentes Digital
| 20 ago 2016
La colosal tarea, vital para la recuperación económica del país, debía haberse completado en 2013 y cerca de cuatro quintas partes del país están consideradas ya libres de minas. Sin embargo, el lento proceso llevó a que la comunidad internacional retrasara la fecha límite en 10 años e incluso esa marca ahora resulta complicada en un país que continúa siendo uno de los más minados del mundo.
"Cuánto más tiempo se mantienen estos campos de minas, mayor es el coste humano", dijo Mohamed Shafiq Yosufi, jefe del Directorado de la Coordinación de la Acción de Minas del gobierno afgano. "Matan y mutilan gente, evitan el crecimiento económico, la inversión y el turismo, dañan la subsistencia y causan miedo psiscológico que no puede acabar hasta que no se retiren", añadió Yosufi.
Quedan cerca de 600 kilómetros cuadrados de antiguos campos de minas y de combate aún por limpiar, que contienen más de 3.000 localizaciones conocidas y que afectan a más de 1.570 comunidades, según Naciones Unidas.
De abril a junio, al menos 28 personas murieron y 53 resultaron heridas por minas terrestres y otros dispositivos, según el gobierno. Esta cifra supone una gran caída de la media de 507 muertes trimestrales registradas en 2001, cuando el régimen talibán fue derrocado por una operación militar liderada por EEUU. Pero es un incremento respecto al mismo periodo del año anterior cuando 38 civiles murieron o resultaron heridos. Cerca del 80 por ciento de los afectados por las minas terrestres y otros dispositivos este año fueron niños, dijo Naciones Unidas.