Durante toda la semana, la cuestión clave para los mercados está siendo si el desplome que estamos viviendo es una corrección o una crisis. Todo apunta a que estamos en modo crisis, pero en realidad se trata de una corrección "saludable" ante el fin de los planes de los bancos centrales. Todos los indicadores se […]
Dirigentes Digital
| 12 feb 2016
Durante toda la semana, la cuestión clave para los mercados está siendo si el desplome que estamos viviendo es una corrección o una crisis. Todo apunta a que estamos en modo crisis, pero en realidad se trata de una corrección "saludable" ante el fin de los planes de los bancos centrales.
Todos los indicadores se encuentran ahora en modo de crisis. Sin embargo, la trayectoria de subida de tipos anunciada por parte de la Fed para 2016 sigue en marcha. Y este es uno de los puntos importantes que debemos considerar a partir de ahora: el final de los planes de los bancos centrales está aquí, pues su habilidad de inyectar apoyo a los mercados ha desaparecido y es precisamente su pérdida de autoridad la que ha traído nuevo pesimismo a los mercados, ya bastante doloridos.
Durante los últimos 8-9 años, los presidentes de los bancos centrales han sido más importantes incluso que los presidentes o primeros ministros de los países. Pero este papel es erróneo, Yellen o Draghi no pueden ser súper estrellas y no puede recaer sobre ellos todo el peso para alcanzar el crecimiento. El crecimiento también pasa por la clase política, que aprovecho para recordar que es la peor que hemos tenido en mucho tiempo.
El problema se está centrando en que vemos cómo los dos países con mayor crecimiento del mundo, Estados Unidos y China, están cayendo en un tercio del potencial de crecimiento, lo que significa que el coste de capital está subiendo y que el mercado necesita corregir. Pero esta carnicería en los mercados de acciones y el sentimiento negativo que se respira a nivel general, es una corrección saludable.
Sin embargo, la principal preocupación que tenemos que gestionar, y que deberíamos hacerlo constantemente, aunque no creemos que sea un problema, es el sector bancario, que se encuentra bajo una fuerte presión. No obstante, todos los CEOs de la banca no están viendo problemas, es más, creo que Janet Yellen está ignorando el hecho de que las ventas del mercado y el sentimiento negativo puedan significar menos demanda de préstamos, lo que a su vez significa que la base de activos de los clientes es menor.
La salud de los bancos europeos se ha convertido en la última fuente de preocupación para los mercados. ¿Pero hay una razón real por la que los inversores deban estar preocupados? La respuesta es no. Está siendo un año complicado para las acciones ligadas al sector bancario, especialmente ante la caída del 40% que ha experimentado la entidad alemana Deutsche Bank. Disminución de los ingresos y la fortaleza de capital se encuentran entre las principales preocupaciones, pero éstas parecen exageradas.
Mientras la nueva regulación del sector bancario está dañando los beneficios del sector y el mercado está ajustando valoraciones entre las compañías financieras, no creemos que haya una razón real para preocuparse de cara a más riesgos sistémicos. De hecho, consideramos que podría haber oportunidades en el sector bancario, especialmente entre la banca estadounidense.
Steen Jakobsen, economista jefe de Saxo Bank.