Moody’s ha justificado su decisión en que existían perspectivas de un mayor deterioro de las condiciones para el pago de su deuda, sobre todo por la aguda crisis económica que sacude el país y el riesgo de turbulencias externas que amenazan a Brasil. S&P y Fitch se adelantaron a Moody’s, quien ha sido la última […]
Dirigentes Digital
| 25 feb 2016
Moody’s ha justificado su decisión en que existían perspectivas de un mayor deterioro de las condiciones para el pago de su deuda, sobre todo por la aguda crisis económica que sacude el país y el riesgo de turbulencias externas que amenazan a Brasil.
S&P y Fitch se adelantaron a Moody’s, quien ha sido la última de las principales agencias de calificación en rebajar la nota del gigante latinoamericano. Fitch ya lo hizo el año pasado y S&P hace una semana que hundió la nota soberana de Brasil en el territorio especulativo.
Toda medida que ha ido tomando Dilma Rousseff tras cada rebaja de la nota del país ha traído consigo una nueva bajada del nivel de calificación crediticia de la deuda brasileña. La presidenta se enfrenta a un panorama en el que bajo la presión de sus aliados para relajar sus planes de austeridad y estimular la economía tiene que conseguir sacar a Brasil del nivel especulativo de su deuda. Misión casi imposible.
La presidenta ya se encuentra en la cuerda floja debido a sus decisiones, sin embargo, el Ministerio de Hacienda de Brasil dijo que el reciente recorte de la calificación no afectaba el compromiso del Gobierno de seguir aplicando ajustes fiscales. Por lo que parece claro que Rousseff se mantendrá en sus trece y no cederá a presiones para suavizar sus planes de austeridad.
Moody’s ha dicho que el progreso de Brasil en la consolidación fiscal será lento y que el crecimiento de su economía será raquítico en los próximos dos a tres años, llegando la deuda del país al 80% del PIB en este periodo.
La agencia de calificación también ha advertido de la mala situación política de Brasil, donde las turbulencias generadas también por los esfuerzos de rivales por llevar a juicio político a Rousseff complicarán los intentos por recortar el déficit e implementar reformas estructurales en el país.
En un comunicado Moody’s declaró: "Un resultado negativo probablemente se asociará con un fracaso colectivo del Gobierno y el Congreso en generar una estabilización del crédito y con la agenda de reformas el próximo año, lo que provocaría más pérdidas en la confianza de los inversores, erosionaría los cortafuegos ante sucesos externos y causaría una gran incertidumbre política".
Sobre los mercados se espera que esta rebaja de la nota del país produzca una mayor presión bajista sobre el real brasileño y acabe llevando a los inversores a salir de una economía que hace apenas cuatro años sostenía un crecimiento del PIB superior al 4%.