“Las rentabilidades de años anteriores nunca volverán”. Es una frase que los inversores llevan escuchando desde el inicio de la crisis, y ahora empiezan a ser conscientes de una realidad en la que los rendimientos de dos dígitos son ya cosa del pasado. Por eso, mirar más allá de los activos tradicionales se torna más […]
Dirigentes Digital
| 20 abr 2017
“Las rentabilidades de años anteriores nunca volverán”. Es una frase que los inversores llevan escuchando desde el inicio de la crisis, y ahora empiezan a ser conscientes de una realidad en la que los rendimientos de dos dígitos son ya cosa del pasado. Por eso, mirar más allá de los activos tradicionales se torna más importante que nunca, en un momento en el que además, factores como el aumento de la esperanza de vida obligan a buscar vías alternativas para conseguir rentas. En este escenario, los activos y la gestión alternativa se alzan como principales beneficiados. Los datos de firmas como PwC, recopilados a partir de la exposición de fondos de pensiones globales a este tipo de estrategias, apuntan a que las inversiones alternativas han pasado de pesar un 7% en 1996 a un 24% actualmente, con un crecimiento exponencial año a año que, hasta 2020, podría situarse entre el 8% y el 10%, según estimaciones de Prequin. El entorno de tipos en mínimos, la correlación de activos en momentos de shock y unas Bolsas sobrevaloradas pueden estar detrás del crecimiento esperado en este tipo de estrategias. “Los factores de riesgo cambian a lo largo del tiempo, pero el reto al que se enfrentan los inversores institucionales sigue siendo el mismo: ofrecer resultados a largo plazo mientras lidian con las presiones a corto plazo en los mercados”, explica en un reciente análisis Sophie del Campo, directora general de Natixis Global AM para Iberia, Latinoamérica y US Offshore. “Debido a los mandatos que reciben, los inversores institucionales no tienen la opción de evitar el riesgo. Deben superar su desventajas o cambiar las reglas del juego, algo que están haciendo al equilibrar los riesgos y abrazar formas alternativas de construir carteras, siempre con un ojo puesto en el largo plazo”. El largo plazo no solo es clave para evitar los bruscos movimientos que pueden traer momentos de mercado como el actual, plagado de citas electorales que incrementan la volatilidad. También es clave desde un punto de vista puramente demográfico. La esperanza de vida es mayor, por lo que los retornos también deben ser mayores para aquellos que aspiran a vivir más y mejor. Y las rentabilidades esperadas en los activos tradicionales, no serán suficientes. Del mismo modo, mantener la calma en ese camino del largo plazo resulta crucial. Sobre todo teniendo en cuenta el impacto de estar fuera del mercado en los periodos menos oportunos. Las oportunidades que el inversor puede perder por ese pensamiento ‘cortoplacista’ quedan evidenciadas en el siguiente gráfico de JP Morgan AM. Rentabilidades mayores No se trata solo de buscar fuera de los activos tradicionales. La gestión alternativa se ha convertido en un elemento diversificador clave, y además generador de buenos retornos, como demuestran los datos de rentabilidad de los últimos años ofrecidos por la renta variable y el capital privado (capital riesgo). Una reciente encuesta de Natixis pone de relieve que el porcentaje de entidades que usan globalmente las inversiones alternativas para gestionar el riesgo ha crecido considerablemente, del 53% en 2015 al 76% actualmente (71% en el caso de los inversores españoles). Además, el 56% asegura que su empresa está invirtiendo más en activos ilíquidos hoy que hace tres años. Desde la firma, Sophie del Campo considera que estas estrategias alternativas pueden servir de ayuda en segmentos tan complejos en el entorno actual como la renta fija. “Es fundamental que los inversores revisen su forma de invertir en bonos. De hecho, pensamos que escoger fondos alternativos que inviertan en renta fija, pero que estén gestionados de forma muy activa, puede ser adecuado para muchas carteras”, indica. En este sentido, apuestan por fondos de deuda de países emergentes o retorno absoluto. Desde Andbank añadirían a la lista los fondos market neutral como el mejor activo para incorporar en carteras en un momento como el actual. “Nos encontramos en un momento en el que es difícil generar rentabilidad con bajo riesgo, y además las fuentes de riesgo que tienen son distintas a las tradicionales por lo que aumentan la diversificación de nuestras carteras”, indican. En este escenario y de cara a 2017, las estrategias market neutral y las estrategias alternativas (valor relativo, long/short) centradas en el mundo de la renta fija se presentan a su juicio entre las mejores ideas de inversión este año.