Cientos de empresas chinas cotizan desde finales de 1990 en las bolsas de valores de Estados Unidos, levantando miles de millones de dólares mediante la venta de acciones a inversores estadounidenses. Desde entonces la SEC ha investigado al menos dos docenas de estas empresas por posible fraude contable y empresarial. En el año 2012 la […]
Dirigentes Digital
| 12 feb 2015
Cientos de empresas chinas cotizan desde finales de 1990 en las bolsas de valores de Estados Unidos, levantando miles de millones de dólares mediante la venta de acciones a inversores estadounidenses. Desde entonces la SEC ha investigado al menos dos docenas de estas empresas por posible fraude contable y empresarial.
En el año 2012 la Comisión Nacional del Mercado de Valores estadounidense iniciaba procedimientos judiciales contra Deloitte Touche Tohmatsu, Ernst & Young Hua Ming, KPMG Huazhen y PricewaterhouseCoopers ZhongTian, filiales chinas de las "Big Four", porque los auditores con sede en China se negaban a administrar a la SEC documentos relacionados con sus trabajos de auditoria de nueve empresas chinas que cotizan en Estados Unidos. Entre ellas la petrolera "PetroChina", el buscador "Baidu" o el gigante del comercio electrónico "Alibaba". Estas empresas chinas eran investigadas por posibles casos de malversación de fondos e "ingresos inflados" y una falta de comunicación adecuada con los inversores.
Las filiales chinas de las "Big Four", que están sujetas a la legislación del país asiático, insistieron en que la ley les prohibía el intercambio de documentos. "Las estrictas leyes chinas tratan esos documentos como secretos de Estado", dijeron en su momento. Y afirmaron que el gobierno chino podría enviar a sus auditores a la cárcel si llevaban a cabo la petición de la SEC.
En enero de 2014, el juez Cameron Elliot, ordenaba a las cuatro firmas que suspendieran durante seis meses la auditoría de empresas chinas que cotizan en Estados Unidos. Además, la decisión afectaba a compañías estadounidenses que hacen negocios en China. El juez consideró que violaban el artículo 106 de la Ley Sarbanes-Oxley por la que se debe administrar a la SEC documentos auditoría siempre que sean solicitados por el organismo. Tan sólo así, tras la resolución judicial, la SEC comenzó a recibir múltiples documentos de las filiales chinas de las "Big Four", gracias también en parte a la ayuda proporcionada por la Comisión Reguladora de Valores de China (CSRC).
Acuerdo entre las partes
Es ahora, tras varios años de disputa cuando se ha llegado a un acuerdo entre ambas partes. Las filiales chinas de las "Big Four" acordaban pagar un total de 2 millones de dólares para resolver las desavenencias con la SEC. Cada una de las firmas tendrá que pagar una multa de 500.000 dólares y deberá entregar todos los documentos requeridos para evitar una sanción mayor. Además, las consultoras deberán colaborar con la SEC con documentos de auditoría si tiene lugar un caso similar de posible fraude en los próximos 4 años. El acuerdo ha cancelado, además, la suspensión temporal de auditorías impuesta por el juez.
En un comunicado conjunto, las filiales chinas dijeron que estaban "satisfechas" por haber llegado a un acuerdo. Concretamente desde Ernst & Young Hua Ming, se afirmaba que el acuerdo era importante para resolver "un posible daño significativo a los inversores y a los mercados globales".
Andrew Ceresney, director de la división "de cumplimiento" de la Comisión Nacional del Mercado de Valores estadounidense, dijo que se trata de "un paso positivo" y que obtener los documentos de las auditorias de las empresas es "clave para proteger a los inversores de los peligros del fraude".
Por su parte, la directora asociada de la división, Antonia Chion, confió en que se mantenga este "importante hito" que permite a la SEC obtener documentos de las empresas de China. Además, subrayó que esto es el "inicio de un camino para mejorar la cooperación futura con la firmas filiales de las ‘Big Four’".