"No habrá más escuchas ilegales a ciudadanos americanos, ni más documentos de Seguridad Nacional para espiar a ciudadanos que no son sospechosos de haber cometido un crimen. No es eso lo que hace falta para derrotar al terrorismo". Así de contundente se expresó Obama en un mitin en el año 2007, cuando era candidato a […]
Dirigentes Digital
| 11 may 2015
"No habrá más escuchas ilegales a ciudadanos americanos, ni más documentos de Seguridad Nacional para espiar a ciudadanos que no son sospechosos de haber cometido un crimen. No es eso lo que hace falta para derrotar al terrorismo". Así de contundente se expresó Obama en un mitin en el año 2007, cuando era candidato a presidir Estados Unidos. Ahora, 8 años después, su discurso, además de suavizarse, ha cambiado por completo, lo que hace que estos 8 años, parezca más bien una eternidad.
Ahora, el escándalo que envuelve el espionaje de la NSA, acoge en su 'regazo a la Agencia de Inteligencia Alemana, y sus 'restos' llegan hasta el Gobierno de Ángela Merkel. La prensa alemana reveló la pasada semana que los servicios secretos de este país ayudaron a los estadounidenses a espiar gobierno vecinos, a la Unión Europea y a importantes empresas.
Lejos de aplacarse, el escándalo se ha avivado aún más al conocerse que el Servicio Federal de Inteligencia (BND) alemán ordenó borrar 12.000 conceptos de búsqueda (los llamados «selectores») que había incorporado la polémica Agencia de Seguridad Nacional estadounidense, NSA, para espiar desde suelo alemán a diplomáticos y funcionarios europeos. Mientras tanto, crecía la sospecha de que Airbus fue objeto durante años del espionaje industrial de la NSA con conocimiento del BND. Incluso, el consorcio aeronáutico y armamentístico europeo ya adelantó que presentará una demanda por esta cuestión. Por otro lado, varios medios germanos han declarado además, que el Gobierno federal habría engañado a una comisión parlamentaria, encargada de investigar el trabajo realizado por la NSA en Alemania.
Para intentar aplacar las acusaciones, la NSA ha justificado el espionaje a Siemens argumentando que la compañía tenía una sociedad contractual con una agencia de inteligencia rusa, y que el fabricante, con sede en Múnich, le había provisto de tecnología de comunicaciones dentro de ese contexto. Sin embargo, mediante un comunicado enviado a Reuters, un portavoz de Siemens rechazó las acusaciones de la NSA sobre esta conexión con Rusia.
Este nuevo escándalo llega pocos días después de que un tribunal federal de apelación estadounidense dictaminará que las escuchas telefónicas realizadas por la NSA acogiéndose a la sección 215 del Patriot Act y destapadas en el caso Snowden durante 2013, son ilegales. Según la Corte de la justicia de Estados Unidos, este programa de escuchas no fue autorizado por el Congreso.
Cómo ya todo el mundo sabe, Edward Snowden es un ex técnico de la CIA, que trabajó como consultor de la NSA. Snowden decidió desvelar a algunos diarios norteamericanos que el Gobierno de Estados Unidos, a través de su programa de espionaje históricamente creado para luchar contra el terrorismo, vigilaba las comunicaciones de millones de personas de todo el mundo.
Más allá de la ficción
Según explicó Snowden, dos de los programas que utilizaba la NSA para llevar a cabo estas prácticas son el PRISM, y el que usaban para recoger registros diarios de llamadas telefónicas de millones de usuarios de la operadora de telefonía Verizon, en virtud de una orden judicial secreta. En esta disposición judicial, emitida en abril de 2013, se exigía a la compañía telefónica que facilitase a la NSA, "de manera continua" y "a diario", información de todas las llamadas de teléfono, tanto internas como entre EEUU y otros países.
El programa PRISM (clasificado como alto secreto) permitía a la NSA acceder directamente a los servidores de nueve de las mayores empresas de Internet del país para vigilar mensajes, vídeos o fotos en el extranjero con los que encontrar, en principio, patrones relacionados con actividades terroristas. Según los documentos publicados por The Washington Post y The Guardian, la NSA tiene, con el fin de supervisar datos, acceso directo a los sistemas de: Facebook, Hotmail, Yahoo, Google, Skype, PalTalk, Aol, YouTube y Gmail.
Otro de los programas que utiliza la NSA para llevar a cabo sus 'tareas', y cuyo nombre se acaba de conocer, es "Skynet". Este se limita a utilizar los metadatos de las llamadas telefónicas y basarse en una serie de parámetros para identificar y espiar a sospechosos de pertenecer a grupos terroristas como Al Quaeda, aunque de paso también se investiga a algún que otro estadounidense de a pie. Uno de los primeros en hablar de Skynet también fue Edward Snowden. Skynet busca presuntos terroristas basándose en preguntas como la de quién viajó de cierta ciudad a otra en los últimos meses o a quién llamó esa persona al llegar a su destino. También analiza otros comportamientos sospechosos como el de que uno de esos individuos utilice varias tarjetas SIM o teléfonos, o que sólo reciba llamadas entrantes.
En la películas de Terminator, Skynet es una red global con inteligencia propia que en las encargada de acaba con casi toda la raza humana. Por si el real Skynet tiene poco que ver con el de ficción, la Agencia estadounidense también tiene un programa parecido al de la saga de James Cameron, denominado MonsterMind. Se trata de un nuevo sistema de defensa que está siendo desarrollado para estar puramente enfocado a la ciberguerra, permitiendo detectar instantáneamente ataques a los sistemas informáticos estadounidenses y neutralizarlos.
Para diseñarlo la NSA ha utilizado los patrones de ataques conocidos para definir cuando considerar normal o no una cantidad determinada de tráfico en la red. Pero lo más preocupante según reveló también Snowden es que MonsterMind podría incluir en un futuro la capacidad de contratacar sin requerir una orden directa ni ningún tipo de intervención humana.