Al recorrer hoy las calles del centro de la ciudad nada nos hace imaginar lo que ocurrió el verano de 2005. Las cicatrices de la tragedia apenas se notan en el famoso barrio francés, situado en el corazón de Nueva Orleans. El ‘French Quartrer’ sufrió numerosos desperfectos, quedando, además, anegado por el agua. Diez años […]
Dirigentes Digital
| 13 oct 2015
Al recorrer hoy las calles del centro de la ciudad nada nos hace imaginar lo que ocurrió el verano de 2005. Las cicatrices de la tragedia apenas se notan en el famoso barrio francés, situado en el corazón de Nueva Orleans. El ‘French Quartrer’ sufrió numerosos desperfectos, quedando, además, anegado por el agua. Diez años después, el esfuerzo de la ciudad, los ciudadanos y los voluntarios ha hecho que la zona se recupere por completo.
Sin embargo, si salimos del centro turístico y nos acercamos a barrios más periféricos vemos que ‘las heridas aún están abiertas’ y todavía son visibles los efectos del huracán. Los escombros se amontonan hoy en el barrio de ‘BW Cooper’, uno de los más pobres y marginales de la ciudad. Fue uno de los más afectados junto a las áreas conocidas como ‘7th Ward’ y ‘9th Ward’ que también muestran aún sus ‘cicatrices’.
El mayor desastre en la ciudad lo provocó la rotura de los diques de contención del rio Mississippi. Tras ser reconstruidos, de nuevo se ven casas frente a los mismos. Unas viviendas que incluso han incorporado paneles solares para autoabastecerse de energía.
También lentamente se recupera el barrio de ‘Lakeview’, considerado antes de la tormenta como una de las áreas más exclusivas de la ciudad y que quedó sumergido bajo más de 4 metros de agua. En la zona residencial donde se encuentra la Universidad de Loyola vemos pasar un tranvía (o ‘streetcar’, como le llaman aquí) que, según nos cuentan, tiene casi dos siglos de historia. El Katrina lo dejó inutilizado y durante estos diez años se ha reabierto en casi todos sus trayectos. En algunas líneas todavía se ven obreros trabajando concienzudamente en las vías para poder volver a ponerlas en marcha pronto.
Recorrer Nueva Orleans con una persona local es poner "cara" a la "cruz" que vimos atónitos por televisión hace años. Nuestro taxista, John, nos cuen ta al pasar por el puente ‘Claiborne’ que en 2005 quedó inutilizado debido a que el agua inundó sus partes laterales. Otra de las carreteras por las que pasamos, arteria principal de la ciudad, estuvo meses bajo el agua. Al fondo vemos cómo se alza imponente el que fuera refugio para muchos habitantes que no pudieron ser evacuados: el ‘Merceds-Benz Superdome’. El mayor estadio multiusos de la ciudad también sufrió enormes desperfectos como el desprendimiento de su cubierta. Cerca de este ‘Superdome’ se encuentra el hospital público de la Caridad (Charity Hospital), uno de los más antiguos de Estados Unidos fundado en 1736, que también padeció los efectos del Katrina. Sus morgues en los sótanos del edificio quedaron inundadas e inservibles tras el paso del huracán, por lo que los muertos se apilaban en los huecos de las escaleras del edificio. El hospital se quedó sin electricidad, ni comida, ni agua y más de 200 pacientes y médicos estuvieron allí en condiciones deplorables durante mucho tiempo.
Puede leer el reportaje completo en la revista DIRIGENTES del mes de octubre