La pugna por la reestructuración de la zona norte de Madrid, conocida como “Operación Chamartín”, inicia un nuevo capítulo en sus más de veinte años de historia. La posibilidad de prolongar el contrato con la promotora, Distrito Castellana Norte (DCN), ha sido el punto de partida de una nueva ronda de negociaciones que reunirá de […]
Dirigentes Digital
| 15 dic 2016
La pugna por la reestructuración de la zona norte de Madrid, conocida como “Operación Chamartín”, inicia un nuevo capítulo en sus más de veinte años de historia. La posibilidad de prolongar el contrato con la promotora, Distrito Castellana Norte (DCN), ha sido el punto de partida de una nueva ronda de negociaciones que reunirá de nuevo al Ministerio de Fomento, al Ayuntamiento y a la empresa interesada. La primera mesa de la Comisión tendrá lugar el próximo lunes. Pero las discrepancias en torno al proyecto no sólo están latentes entre las instituciones, también existen dos líneas de apoyo entre las asociaciones afines al plan del Ayuntamiento y las que respaldan el plan original de la promotora. Sin embargo, los madrileños residentes en el Nudo Norte han llegado a un punto en común; que las administraciones deberían ser más transparentes en relación a las negociaciones sobre la operación. La reunión mantenida ayer entre el delegado de Urbanismo del Ayuntamiento, José Manuel Calvo, y las asociaciones de vecinos de la zona afectada dejó clara que la postura del consistorio sigue siendo la misma: sacar adelante “Madrid Puerta Norte”. Este proyecto fue presentado a principios de año por el equipo de Manuela Carmena y choca frontalmente con el plan original en términos de edificabilidad y en la entrada de capital público a la inversión. Por el contrario, el consistorio no cumplió su palabra de abrir las mesas y permitir a los representantes de los vecinos participar en las negociaciones. José Manuel Calvo alegó que esto sería poco “operativo” y rechazo la petición unánime del vecindario, según informan fuentes cercanas a la reunión. “Queremos transparencia, una Comisión abierta que incluya a la ciudadanía en un proyecto que es de todos. La toma de decisiones debería ser un proceso participativo”, explica un representante de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM). El problema es que este es el único punto de acuerdo entre los representantes de los vecinos. Desde PYMES Chamartín denuncian que estas mesas de debate no tienen en realidad la finalidad de contrastar ideas. “Se trata más bien de que los representantes del Ayuntamiento informen de las novedades y contesten, si quieren, a las preguntas que planteamos”, señalan desde la plataforma. En relación a la reunión de ayer, el orden del día se limitó a insistir en los puntos fuertes de su proyecto y a recordar que el de DCN fue derogado en pleno. “La estrategia del Ayuntamiento es negociar en base a su propio proyecto o hacer uno nuevo”, han añadido. En el otro extremo, las asociaciones afines a los planes de Manuela Carmena creen que la promotora “se tendrá que adaptar a las ideas del consistorio” y a las de la mayoría de vecinos, según ellos mismos indican. Desde la FRAVM explican que no están dispuestos a asumir 30 años de obras, la sobresaturación de la zona y que se use el suelo público únicamente para intereses privados. Están previstas dos nuevas mesas abiertas en Fuencarral y Chamartín de cara al próximo año. Guerra en la calle y en las instituciones Las negociaciones se inician con buena disposición por ambos lados, desde el consistorio aseguraron estar abiertos al diálogo y el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, tiene asumido que todos tendrán que hacer concesiones para llegar al acuerdo. Pero la realidad es otra, tanto el Ayuntamiento de Madrid como la promotora tienen sus líneas rojas de cara a la negociación y dos proyectos diametralmente distintos sobre la mesa. En un principio, el límite más inmediato era el temporal, ya que el contrato con DCN tenía fecha de caducidad el 31 de diciembre. Sin embargo, y a pesar de que la promotora repitió en incontables ocasiones que no se prolongaría, la ausencia de un Gobierno durante casi un año se ha considerado motivo suficiente para plantear una prórroga. Ahora el principal objetivo es poder sacar adelante un proyecto rentable y que siga siendo de primera línea. “No están dispuestos a ceder si no se mantiene el volumen de viviendas y la calidad de las infraestructuras”, señalan fuentes del sector. Tanto la Comunidad de Madrid, que no asistirá a la reunión del lunes, como DCN se enfrentan con prudencia a estas negociaciones, ya que intuyen la dificultad del acuerdo con el consistorio. Ninguno ha retira el recurso que se presentó contra el Ayuntamiento en el TSJM por este asunto, al igual que tampoco el Ministerio ha retirado el contencioso-administrativo que planteó. Dos proyecto antagónicos La propuesta de DCN lleva elaborándose durante casi 20 años entre las distintas administraciones. La iniciativa cuenta con una inversión de 6.000 millones por parte de los propietarios de los terrenos y espera generar más de 120.000 nuevos empleo durante su ejecución y desarrollo y que permitiría ingresar 3.340 millones a las Administraciones Públicas. El plan propone la construcción de casi 16.000 viviendas, la ampliación del nudo norte y el de Fuencarral, además de la construcción de tres estaciones de metro y una de cercanías, junto a la renovación de las vías. También se comunicó recientemente la intención de construir el mayor rascacielos de Europa además de un segundo foco financiero en la capital que complemente a las famosas “cuatro torres”. Por su parte, el Ayuntamiento presentó de manera paralela su propia versión del proyecto con la iniciativa “Madrid Puerta Norte”. La propuesta de Manuela Carmena se basa en una gestión público-privada de las obras en la cual las administraciones se harían cargo de los costes en la remodelación de las infraestructuras. En este plan la edificabilidad se reduciría por debajo de la mitad de lo previsto.