Lo que parecía un gran problema empresarial, extensible a Hollywood. Se ha convertido en una cuestión de Estado, con Obama entrando de lleno en el ataque informático a la división cinematográfica de Sony. El presidente ha manifestado en rueda de prensa que no va tolerar que un dictador imponga la censura en el país, refiriéndose a la cancelación del estreno de de la película The Interview tras el ciberataque a la compañía.
Obama dijo que ha sido un error y ha lamentado que no se hubiese puesto en contacto Sony con él. La compañía la cancelación del estreno de la película, previsto para el 25 de diciembre, protagonizada por los actores James Franco y Seth Rogen, gira en torno a dos periodistas reclutados por la CIA para asesinar al líder norcoreano.
El consejero ejecutivo de Sony Pictures Entertainment, Michael Lynton, ha asegurado que no han
"reculado" al cancelar el estreno y que buscan alternativas para su distribución, ha dicho en una entrevista concedida a la CNN.
El FBI ha confirmado que Corea del Norte se encuentra detrás del ataque. "Contamos con información suficiente para concluir que el Gobierno norcoreano es el responsable de estos actos", resaltó ayer viernes la agencia norteamericana en un comunicado.
"Aunque el FBI ha visto muchas y variadas intrusiones informáticas, la naturaleza destructiva de este ataque, junto con su naturaleza coercitiva, lo convierte en un caso aparte. Las acciones de Corea del Norte tenían la intención de infligir un daño significativo a una empresa de EE UU y censurar el derecho de los ciudadanos americanos a expresarse. Estos actos de intimidación superan los límites del comportamiento aceptable de un Estado", dice el comunicado de la agencia federal de investigación. Uno de los mayores ataques corporativos de la historia está a punto de convertirse en otro foco de inestabilidad geopolítica con resultados imprevisibles.