Unos 800.000 millones de euros. Es la cifra que actualmente hay invertida en depósitos en España. Y en el entorno de tipos actual, gran parte de ese dinero debería moverse hacia otros activos como los fondos de inversión en los próximos años. Así lo considera David Cano, director general de AFI, que durante el Funds […]
Dirigentes Digital
| 17 oct 2016
Unos 800.000 millones de euros. Es la cifra que actualmente hay invertida en depósitos en España. Y en el entorno de tipos actual, gran parte de ese dinero debería moverse hacia otros activos como los fondos de inversión en los próximos años. Así lo considera David Cano, director general de AFI, que durante el Funds Experts Forum organizado por iiR hoy en Madrid, ha calificado el crecimiento de la industria de fondos como decepcionante, haciendo hincapié en la necesidad de desligar la evolución del patrimonio gestionado de la de los mercados financieros. “De la cifra de depósitos, lo razonable sería que unos 500.000 millones de euros fuesen hacia los fondos de inversión”, asegura Cano. Una tendencia de crecimiento que vendrá marcada también por la cada vez mayor presencia de nuevos jugadores como las gestoras internacionales o las boutiques independientes en España, en un momento en el que las entidades financieras concentran la práctica totalidad de una industria centrada en productos garantizados, aunque con cierta evolución desde monetarios y renta fija hacia otra clase de activos como los perfilados. Recordando que el crecimiento del patrimonio ha llegado este año gracias precisamente a productos garantizados o de rentabilidad objetivo, Cano se resiste a criticar este tipo de productos. “Desde AFI consideramos que son una buena alternativa a los depósitos”, asegura. José Ramón Aranda, de Banca March, coincide al señalar que “las entidades financieras también somos muy conscientes de lo que significa que el dinero esté en depósitos y cuentas con un entorno de tipos negativos, pero es muy complicado subir el peldaño de riesgo entre los inversores españoles, ultraconservadores”. Y en este entorno, desde AFI consideran crucial un mayor papel de las gestoras internacionales y las independientes como dinamizadoras de la industria, aportando una mayor diversificación de las carteras de los clientes. Para Pablo del Río Gago, director de inversiones Orienta Capital, la tendencia de crecimiento es clara. “En los últimos 3 años, el patrimonio gestionado en IIC ha crecido un 83%, y si el inversor quiere preservar patrimonio en términos reales, tiene que acudir a activos de mayor riesgo”, explica. A juicio del experto, la manera válida para canalizar el ahorro de depósitos son los fondos de inversión, “un vehículo que facilita diversificación y gestión profesionalizada”. Y aunque el peso de internacionales y boutiques aún es pequeño, considera que la tendencia cambiará por el hecho de que “las rentabilidades de las gestoras bancarias españolas han sido pobres históricamente”. Según indica, no es una cuestión de la calidad de los profesionales de la industria, sino por cómo está estructurada la cultura organizativa de las gestoras, “con límites marcados a la hora de desviarse de los índices, comisiones elevadas, no se tiene en cuenta la alineación de intereses, etc”. Pero apunta a tres dinamizadores claros en el sector. Por un lado, cada vez hay más empresas de asesoramiento financiero que promocionan más productos de gestoras independientes e internacionales. Por otro, hay una mayor oferta de productos. “En 5 años más de 100 gestoras internacionales han registrado fondos en España”, recuerda. Y por último, señala la mayor accesibilidad al mercado de fondos, destacando la futura plataforma de BME. En el mismo sentido se manifiesta Leonardo Fernández, director de canal intermediario de Schroders España, recordando que “las gestoras internacionales hemos ganado terreno pero sí hay cambios en las gestoras nacionales, especializándose en aquello en lo que pueden aportar valor (fondos perfilados, fondos de fondos, etc)”. A su juicio, el cliente necesita más formación, recordando que, de media, un partícipe permanece en un fondo menos de un año, frente a los 5 años de media que alcanzan otros países como Reino Unido. “Si no hay un horizonte de ahorro a largo plazo, los fondos no se están usando bien, y por eso el asesoramiento y la educación al particular es primordial”.