Algún día hablaremos de cómo el sector servicios está demandando, por ejemplo, cuidados para los ancianos (donde la elasticidad-renta es alta en una sociedad envejecida con cada vez mayor poder adquisitivo). Aunque hoy, sin embargo, debemos centrarnos en otra industria relevante: la del sector tecnológico. Desde una perspectiva macroeconómica, es preciso contextualizar los datos para […]
Dirigentes Digital
| 13 sep 2016
Algún día hablaremos de cómo el sector servicios está demandando, por ejemplo, cuidados para los ancianos (donde la elasticidad-renta es alta en una sociedad envejecida con cada vez mayor poder adquisitivo). Aunque hoy, sin embargo, debemos centrarnos en otra industria relevante: la del sector tecnológico.
Desde una perspectiva macroeconómica, es preciso contextualizar los datos para entender el cambio que se está produciendo, la transición de menor a mayor valor añadido. Recientemente conocíamos los datos del famoso PMI manufacturero en China. El oficial volvía a situarse ligeramente por encima de los cincuenta puntos, rozando una lectura pesimista, lo cual sigue "preocupando" al mercado. Pero sucede que el PMI del sector manufacturero tecnológico está en los 53 puntos.
No pocos analistas piensan que el PMI manufacturero está indicando una crisis económica en China. Pero nuestra lectura es que el sector tradicional está dando paso a otro más intensivo en tecnología. Fíjense, si no, en las siguientes cifras. Las exportaciones tecnológicas chinas ascienden ya al 25% del total (casi medio billón, con b, de dólares).
Lo que más importa en China también es alta tecnología. La producción de robótica, entre noviembre y agosto, ha aumentado un 440%. Los teléfonos inteligentes chinos, que compiten abiertamente con gigantes como Apple o Samsung, están viendo incrementada su producción anual un 10%. El segundo núcleo urbano del planeta con más start-ups, valoradas en mil millones de dólares o más, es Pekín (solamente superado por Sillicon Valley). Y si apuramos hasta el sector de las energías renovables, donde los elevados niveles de contaminación apremian, vemos que China es líder también en producción fotovoltaica.
Es cierto que las exportaciones y el superávit comercial chino se están desacelerando. Pero lo hacen, en definitiva, porque se está abandonando el viejo modelo de manufacturas baratas con bajo valor añadido. Estos últimos días, no obstante, conocíamos que las exportaciones chinas repuntaron un 6%. Aunque las importaciones, impulsadas por el creciente consumo doméstico en China, se incrementaron un 10%. En cualquier caso, el cambio de modelo no admite discusión. Y los analistas debemos tener esto muy presente para no dejarnos arrastrar por análisis pesimistas que, en muchas ocasiones, carecen de fundamento.
¿Qué dice la Bolsa?
Las Bolsas, a medio y largo plazo, siempre reflejan lo que dice la macroeconomía. En este sentido, hablando de robótica, podemos apreciar como los drones son un sector claramente al alza. Aunque también es muy volátil. Esto para inversiones a largo plazo no plantea ningún problema (en sectores con claro recorrido alcista). A corto, sin embargo, nos podemos encontrar con subidas y caídas intradía bastante notables como se puede apreciar en nuestro gráfico del sector de los drones que comprende 47 empresas chinas cotizadas en Shanghai y Shenzhen.
Escojamos ahora dos empresas para reafirmar nuestras hipótesis: la robótica tiene mucho recorrido alcista, pero también una volatilidad excesiva.
Arriba nos encontramos con una empresa veterana, Hangtian Keji, la cual se mantiene estable en 37 yuanes. Observando su histórico, desde 2006, observamos una cotización plana y barata hasta hace prácticamente dos años. Después vino la burbuja bursátil de 2015, que afectó a todo el mercado pero, tras ella, Hangtian Keji consiguió consolidar su suelo por encima de los 35 yuanes. Sigue presentando mucha volatilidad, como todo el sector, pero está en niveles diez veces superiores a la media del último decenio.
La robótica, por tanto, está de moda. Por último, en la parte de abajo, tenemos una empresa llamada Quanzhi Keji. Cotizada desde mayo del pasado año, se disparó de 15 a 135 yuanes dadas las excelentes perspectivas del sector. Luego sucumbió, levemente, a las caídas generalizadas de agosto del año 2015. Pero consolidó su suelo en torno a los 90 yuanes. Hoy, es evidente, las empresas de robótica valen más. Y valen más, simplemente, por lo comentado al principio de este análisis ¿Valdrán más a medio-largo plazo? Creemos que sí. Pero mucho cuidado con la volatilidad, los shocks de unas bolsas tan imprevisibles como las chinas y desaconsejamos siempre el corto plazo en este sector.