Se mantiene el castigo bursátil a Abengoa. Si ayer perdió un 30%, hoy acumula un retroceso que supera el 15% y en dos semanas ha perdido la mitad de su capitalización bursátil. El anunció de la ampliación de capital ha vuelto a despertar los temores de los inversores sobre el estado contable de la compañía. […]
Dirigentes Digital
| 04 ago 2015
Se mantiene el castigo bursátil a Abengoa. Si ayer perdió un 30%, hoy acumula un retroceso que supera el 15% y en dos semanas ha perdido la mitad de su capitalización bursátil. El anunció de la ampliación de capital ha vuelto a despertar los temores de los inversores sobre el estado contable de la compañía. En el caso de Abengoa los 650 millones de ampliación se convierten en una macro ampliación que supone casi duplicar su actual capitalización bursátil.
La decisión ha sido sorprendente aunque el mercado ya cotizaba con pérdidas los días anteriores de la presentación de resultados del pasado viernes. La compañía reconocía que se encontraba con problemas de liquidez en caja, al señalar que el flujo esperado se reducía de 1.400 millones a entre 600 y 800 millones. Aunque los resultados no arrojaban ninguna señal negativa, ganó 72 millones en el primer semestre, un 5% más; lanzaba un rebaja de previsiones, con las que había vuelto a recuperar la confianza del mercado después de la crisis de final de año.
La compañía mantenía su objetivo de beneficio para 2015, pero rebajaba las expectativas en ingresos y Ebitda, pero añadía incertidumbre sobre los flujos de caja. Los analistas preguntaron al consejero delegado, Santiago Seage, si acudiría al mercado para compensar la pérdida de liquidez. El dirigente negó tajantemente la posibilidad y explicó que se ampliaba el plan de desinversiones en 300 millones. Sin embargo, la compañía sorprendió al mercado anunciando el lunes por la mañana la ampliación, lo que provocó la estampida bursátil de estos días en el valor.
"La compañía sigue encontrandodificultad para financiarse, con un coste muy elevado en el mercado, con acceso restringido a su liquidez y una elevadas exigencias de inversión de cara al futuro", explica Iván San Félix para encontrar sentido a la operación.
De los 650 millones que espera captar la compañía, 300 millones irán destinado a reducir deuda, una deuda que aumenta sus múltiplos ante la rebaja de previsiones, y el resto irá destinada a inversiones.
Fuentes del mercado, indican que la operación debería haber calmado a los inversores, por lo menos en el mercado de deuda. Pero Abengoa está sufriendo un doble castigo. Por un lado, sus acciones caen en picado hasta nuevos mínimos y, por otro lado, se está produciendo ventas masivas en los bonos que tienen emitido. Normalmente, las ampliaciones de capital suelen contentar a los tenedores de deuda y más cuando se anuncia que casi la mitad se va a utilizar para amortizar deuda.
A los expertos que siguen de cerca la acción, les hace sospechar que los problemas de liquidez se sitúan a más corto plazo con la financiación a más corto plazo. Desde mediados de julio, el mercado está dudando otra vez sobre el apalancamiento de la compañía. La compañía vendía una parte de su participación de Abengoa Yield, donde ha traspasado sus activos de renovables, para reducir deuda y de esta manera perdía el control de su filial al situarse su capital por debajo del 50%.
No es la única medida que ha adoptado la compañía para reducir el pasivo durante el ejercicio. La elevada deuda que se sitúa en 3,6 veces su Ebitda ha sido reducida vendiendo activos y canjeando bonos por acciones. Pero los inversiones siguen teniendo desconfianza sobre las cuentas de la compañía, desde que a finales del año pasado tuvo que reformular sus estados contables reconociendo una deuda mayor de la que venía presentando la compañía.
Además, la ampliación solo ha sido anunciada y no se ha ofrecido detalles sobre la misma. "Lo previsible es que se convoque una Junta Extraordinaria de Accionistas en septiembre y la ampliación se materialice a continuación. La ampliación de capital generará cierta volatilidad a corto plazo hasta que se conozca el descuento con el que se realice", apuntan desde el equipo de Bankinter. Tampoco se sabe en qué proporción acudirá su principal accionista, la familia Benjumea, a través de Inversión Corporativa que actualmente cuenta con el 57% de la compañía. La operación tendrá un fuerte efecto de dilución.