El enésimo enfrentamiento por la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión, conocido por TTIP por sus siglas en inglés, en el Parlamento Europeo se ha sucedido estos días. El órgano de representación abría el debate para que la Cámara fijara su posición sobre las negociaciones de la Comisión y EEUU en el que se aprobaría […]
Dirigentes Digital
| 10 jun 2015
El enésimo enfrentamiento por la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión, conocido por TTIP por sus siglas en inglés, en el Parlamento Europeo se ha sucedido estos días. El órgano de representación abría el debate para que la Cámara fijara su posición sobre las negociaciones de la Comisión y EEUU en el que se aprobaría un texto con recomendaciones a seguir. No ha sido posible por el aluvión de enmiendas, más 200, que los grupos querían introducir en el documento.
Ante tal división entre los grupos el presidente de la EuroCámara, el socialista Martin Schulz, decidió suspender la votación sine die. La principal controversia en esta ocasión ha venido por el establecimiento de un tribunal privado de arbitraje que dirima las relaciones entre inversores y Estados, conocido por ISDS, por sus siglas en inglés.
El futuro árbitro fue aprobado por la gran coalición de populares, liberales y socialistas, pero a última hora se ha querido introducir cambios. Todos los grupos han matizado la propuesta de la Comisión de Comercio Internacional que suponía la creación de un Tribunal Internacional de Inversión de carácter público, desde los verdes y la izquierda que se oponen totalmente, al desarrollo de otro mecanismo propuesto por los populares.
Pero el ISDS no es el único escollo que plantea la creación de la mayor zona comercial del mundo. El objetivo es suprimir son eliminar las barreras comerciales entre Estados Unidos y Europa pero plantea dudas si supondrá la introducción en el mercado europeo de transgénicos o modificados genéticamente o una armonización del mercado laboral con Estados Unidos que supondría perder derechos y protección social al trabajador. Los defensores del tratado argumentan que gracias al TTIP habrá creación neta de empleo, con 400.000 puestos de trabajo y la creación de 100.000 millones de euros de riqueza al año.
El debate está servido, pero no está claro que se vuelva a dar en la Eurocámara. La posición del Parlamento no es vinculante para la Comisión Europea, pero sí tendría un fuerte respaldo simbólico en las negociaciones. En todo caso el tratado volverá alParlamento Europeo para ser aprobado.