"En banca privada pensamos que lo óptimo es enemigo de lo bueno", afirma tajante Javier Martínez López, Socio Director de Consultoría Estratégica en A&G Banca Privada. "Cada cliente es un mundo y no se puede crear un producto generalizado, este año nos va a permitir un proceso de selección para que cada uno de ellos […]
Dirigentes Digital
| 26 feb 2015
"En banca privada pensamos que lo óptimo es enemigo de lo bueno", afirma tajante Javier Martínez López, Socio Director de Consultoría Estratégica en A&G Banca Privada. "Cada cliente es un mundo y no se puede crear un producto generalizado, este año nos va a permitir un proceso de selección para que cada uno de ellos tenga lo que más se adecue a sus necesidades".
Durante su intervención en el evento Banca Privada 2015 organizado por iiR en Madrid, Martínez López, señalaba que "en lo que respecta al riesgo, pensamos que se va a producir un proceso de valor añadido (…) que nos va a llevar a añadir más equity".
Optimista, considera que "en términos de los próximos tres años se va a producir un incremento importante del producto estructurado para cliente de banca privada, podría convertirse en el producto estrella". Por eso, 2015, "va a ser un año crítico" que marcará el futuro cercano de este tipo de inversión.
En este sentido, Juan Ignacio Trujillano Goya, Director de Pasivo Estructurado de CaixaBank, destaca que "las alternativas de inversión actualmente no son muchas, el estructurado está de moda, se ve así porque los clientes así lo demandan, mucho más que anteriores años".
Recuerda que durante la crisis, eran "los malos de la película" y su entidad, en lugar de quedarse parada, siguió el camino de lo que pedían los clientes: productos más seguros, "olvidarnos un poco de la renta variable y centrarnos en otro subyacente", en concreto, el euribor a 12 meses; también, vieron la necesidad de crear un producto alternativo en renta variable, los primeros mixtos 90-10 (fijo-variable).
"Los riesgos son ahora muy diferentes", reconoce, pues nos encontramos en un entorno "de tipos bajos y pocas alternativas de inversión, pero yo creo que tenemos una solución válida para ofrecer a los clientes".
Así, Belén Rodríguez, Directora Distribución Red Tesorería de Bankinter, considera que "el estructurado tiene una razón de ser y más en banca privada, pues cuando miras a alternativas de inversión y diversificación solo se puede hacer mediante estos productos". Respecto a la cuestión del apetito por el riesgo, explica que "el perfil no cambia, el que es conservador, sigue siéndolo", ahora bien, cuando la economía real mejora puede permitirse asumir más riesgos ("no es que se vuelva más agresivo") y eso "va a ser una palanca a la hora de que los productos estructurados sean una buena alternativa, no para el 100% de la participación del cliente, pero si para un ratio moderado de la misma".
Javier Martínez López añade que "en banca privada, el cliente no viene a ampliar su fortuna, sino a preservar y hacer crecer moderadamente su capital (…) yo creo que se confirma, al menos en nuestra entidad, que las carteras más estables y que mayor crecimiento han tenido han sido las de productos estructurados".
Reconoce que todo es mejorable, "lo que tenemos que mantener es una estrategia más o menos estable y comprensible, tanto por banqueros como por los clientes, tenemos que seguir avanzando en el perfeccionamiento de los productos, seguir añadiendo información y, sobre todo, tecnología".
Coincide Gerard-Xavier Vaqué, Responsable de Productos Estructurados de Deutsche Bank, al señalar que "el cambio ahora se centra mucho en adecuarse muy bien, en explicar el producto a los clientes y la tecnología es clave". Por su parte, Juan Ignacio Trujillano Goya subraya que las nuevas plataformas tecnológicas "te ofrecen un amplio abanico de todas las estructuras que se están haciendo en banca privada, esto es importante porque ahora la capacidad de respuesta frente a gestores y clientes de banca privada es inmediata y tienen efecto multiplicador enorme".