Para los que piensen que los debates en Internet son banales y frívolos, ahora mismo en la Web hay un sesudo enfrentamiento de posturas. Pero antes de profundizar, lo primero es definir de qué va el acuerdo que negocia la Unión Europea y Estados Unidos. La web de la Comisión Europea explica que "el TTIP tiene como objetivo eliminar las barreras comerciales entre los Estados Unidos y la Unión Europea, suprimiendo aranceles, normativa innecesaria, restricciones a la inversión y simplificar la compraventa de bienes y servicios entre estos dos espacios. Eliminar esas barreras supondrá crecimiento económico, creación de empleos y una disminución de los precios.
Los socios del euro defienden que el pacto crear una zona común comercial supondría una generación de riqueza de 119.000 millones de euros y de 95.000 millones para Estados Unidos. En concreto, según los estudios que maneja el ejecutivo comunitario para España supondría 143.000 puestos nuevos de trabajo y un incremento de su PIB per cápita en un 6,5 %.
Un estudio realizado por el Centre for Economic Policy Research de Londres, bajo encargo de la Comisión Económico, apoya estos datos y defiende el tratado por la reducción de las barreras no arancelarias. Hasta el 80 % del total de los beneficios potenciales proceden de reducir los costes impuestos por la burocracia y las reglamentaciones, así como de la liberalización del comercio en los servicios y la contratación pública.
La intensificación de la actividad económica y el aumento de productividad originados por el acuerdo beneficiarán a los mercados de trabajo de la UE y de los Estados Unidos, tanto en términos de salarios globales, como en nuevas oportunidades de trabajo para empleados muy cualificados y poco cualificados.
Otros estudios a favor del TTIP defienden que Las exportaciones de la UE aumentarían en casi todos los sectores, sobre todo en productos metálicos, alimentos procesados, productos químicos, otros productos manufacturados y otros equipos de transporte. El mayor incremento relativo del comercio tendrá lugar en el sector de los vehículos de motor, un sector marcado por la elevación de costes por aranceles. También, subrayan la importancia para las Pymes en el pequeño comercio al eliminar los aranceles y otras barreras comerciales y homogenizarse las normas a ambos lados del Atlántico.
Los críticos con el acuerdo denuncian que las dos potencias económicas están negociando con opacidad, sin explicar a los ciudadanos las verdaderas implicaciones del tratado. Para los detractores se está exagerando las ventajas y ocultando los riesgos. El acuerdo comercial se trasladaría en una equiparación entre la legislación europea y la estadounidense. Y más de uno se teme que sea a la baja, es decir, que en lugar de tomar de referencia las leyes más severas se tendería a desregulación y liberalización del comercio. En este caso, la legislación en materia laboral, mercantil o medioambiental de Estados Unidos se aplicaría en Europa.
Ante las críticas que ha provocado el acuerdo, la Comisión Europea desclasificó el último estudio que ha encargado de la fundación Berstelsmann en el que admite que muchos sectores europeos sufrirán un shock inicial por la alta competitividad de las
empresas estadounidenses. El sector alimenticio, materias primas, el transporte o del metal se verá abocado a la destrucción de empleo.
Un reciente estudio independiente publicado por la Universidad de Massachusetts estima que el Tratado de Libre Comercio destruirá 600.000 puestos de trabajo y daría lugar a una pérdida de ingresos de hasta 5.000euros por persona al año. TTIP llevaría a una pérdida en los ingresos públicos de los Estados europeos por un descenso en los ingresos de los impuestos indirectos. Provocaría una mayor inestabilidad financiera y acumulación de desequilibrios con unos decrecientes ingresos de las exportaciones y con salarios a la baja.