En su último informe de estrategia mensual, los analistas de Banca March ya detallan pinceladas de lo que será su estrategia en 2017. Un año que, a su juicio, vendrá marcado por un repunte de la actividad económica “por la mejora en el sector industrial, la solidez del consumo y la estabilización de las economías […]
Dirigentes Digital
| 15 nov 2016
En su último informe de estrategia mensual, los analistas de Banca March ya detallan pinceladas de lo que será su estrategia en 2017. Un año que, a su juicio, vendrá marcado por un repunte de la actividad económica “por la mejora en el sector industrial, la solidez del consumo y la estabilización de las economías emergentes”. A su juicio, el repunte de la inflación es también un indicio positivo de crecimiento porque no sólo proviene de la estabilización de los precios de la energía, sino también de la incipiente recuperación en los precios de producción, que es un elemento menos volátil, y que permite confiar en el retorno a un mayor poder de fijación de precios por parte de los agentes económicos. “Esta dicotomía entre un horizonte de corto plazo cargado de incertidumbres y otro de medio-largo plazo con señales que apuntan a una recuperación, nos aconseja ser prudentes en la asunción de riesgos al tiempo que se mantiene una cartera diversificada con exposición a todo tipo de activos en su justa medida”, indican. A pesar de las bajas rentabilidades ofrecidas, los expertos siguen confiando en el activo monetario para limitar la volatilidad de las carteras y aprovechar las oportunidades de inversión que se puedan presentar en los momentos de volatilidad y aversión al riesgo, también a través de fondos de retorno absoluto. “En cuanto a la renta fija, el gradual aumento de la inflación y la perspectiva de subida de tipos de referencia por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos seguirán poniendo presión alcista sobre los tipos de interés de la curva americana y esta presión se contagiará a las curvas europeas”, advierten. En bonos corporativos, consideran que esta clase de activo sigue apoyada por el descenso de los costes financieros de las empresas y las reducidas tasas de impago, “aunque la subida de las rentabilidades de las curvas base (americanas, alemana), les perjudica”, explican. En la Eurozona, insisten en que las compras del BCE actúan como soporte del precio de los bonos, pero advierten que “los bajos cupones ofrecidos son poco interesantes y los hace muy vulnerables a aumentos en la volatilidad”. Aseguran que en ese contexto, los bonos de la categoría high yield son más atractivos, al igual que algunos bonos de países emergentes, “pero es necesario asegurarse que el mayor riesgo asumido esté bien remunerado, que la duración de los bonos sea corta y que los instrumentos sean líquidos”, indican. En renta variable, aún consideran que existe potencial. “La publicación de resultados del tercer trimestre confirma que el período de caída de beneficios –que dura ya cinco trimestres– está acabando. Se estima que en el conjunto de 2016, los beneficios tendrán un comportamiento plano o ligeramente positivo y se espera un crecimiento en los rangos de 5% a 10% para Estados Unidos y Europa en 2017”, recuerdan. No obstante, aseguran que las bolsas no están baratas, con unos precios medidos por el múltiplo sobre beneficios (PER) en niveles ajustados y una exposición a riesgos políticos en las próximas semanas que añadirá volatilidad al mercado.