El ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont descartó hoy en Bruselas que su viaje a la capital europea tuviera como objetivo pedir asilo, como se ha especulado en los últimos días, sino para evidenciar desde el centro de la Unión Europea la crisis catalana. Su intención es quedarse en Bélgica hasta que tenga garantías […]
Dirigentes Digital
| 31 oct 2017
El ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont descartó hoy en Bruselas que su viaje a la capital europea tuviera como objetivo pedir asilo, como se ha especulado en los últimos días, sino para evidenciar desde el centro de la Unión Europea la crisis catalana. Su intención es quedarse en Bélgica hasta que tenga garantías de que tendrá un juicio justo en España. «Si se pudiera garantizar que el proceso sería justo, con separación de poderes, sin duda inmediatamente volvería a España, pero hemos de continuar trabajando y por eso hemos decidido que ésta era la estrategia a seguir…trabajar desde aquí porque la ley europea lo permite». Para poder hablar con seguridad y libertad, añadía, buscando garantías que a su juicio el Estado español no le ofrece. «No queremos eludir nuestra responsabilidad ante la Justicia pero queremos nuestras garantías jurídicas como europeos», añadió. Puigdemont habló desde el Brussels Press Club, acompañado de algunos de sus ex consejeros, en tres idiomas: el francés, el catalán y el castellano, por ese orden. Dirigiéndose a la prensa presente quiso distanciarse de las informaciones que hablaban de encuentros con representantes del Gobierno belga. «Estamos aquí porque es la capital de Europa, no es una cuestión belga, no es una cuestión de política belga y quiero ser muy neutral. Estoy aquí para actuar con libertad y seguridad», sentenció. En este sentido, señaló que el Estado español lo que tiene es «más que un deseo de justicia es un deseo de venganza» porque la justicia española «persigue ideas y no delitos». Así, indicó que después de todo lo acontecido con la aplicación del 155 el Gobierno catalán decidió actuar con «prudencia», asumiendo que el diálogo y la negociación eran imposibles. Aprovechó los micrófonos para hacer un llamamiento a la comunidad internacional, pidiendo su implicación en la causa catalana, porque considera que es la causa de los valores en los que se ha fundado Europa, «la no violencia, la democracia… ». Y no olvidó al pueblo catalán, al que le pidió que se prepare para un largo camino y no deje que el Estado español consiga «con la represión abandonar el proyecto político». Preguntados los ex consejeros si están preparados para ir a la cárcel por su actuación, aseguraron sentirse tranquilos con la forma en la que han actuado, siempre con una «gran voluntad democrática». «Creemos que si seguimos con estos valores es imposible que un juez nos mande a prisión. Para nosotros será increíble», añadieron. «El delito de rebelión es un delito equiparable al delito de terrorismo y nunca hemos actuado con violencia. Se nos quiere comparar con terroristas y por eso el presidente pide a Europa que actúe. Queremos que se entienda como un conflicto político y se necesitan soluciones políticas», señalaron. Por último, respecto a las elecciones convocadas por el Gobierno de España en Cataluña para el 21 de diciembre, Puigdemont aseguró que su partido las tomará como «un reto democrático». «Votando es como se resuelven los problemas. Desde aquí digo que vamos a respetar los resultados que se den el 21 de diciembre, como siempre hemos hecho, sin importar cual son los resultados y pregunto al Estado si va a hacer lo mismo. Quiero un compromiso claro del Estado de que también aceptará el resultado», concluyó.