Primero fue una burbuja bursátil, salpicada con temores en torno a su sector inmobiliario y financiero. Después, la desaceleración de su economía. Finalmente, el peligro de una devaluación masiva del yuan. Y ahora también el exceso de deuda. Muchos son los fantasma que despierta China en los mercados, que han ido superándolos de la mano […]
Dirigentes Digital
| 03 may 2016
Primero fue una burbuja bursátil, salpicada con temores en torno a su sector inmobiliario y financiero. Después, la desaceleración de su economía. Finalmente, el peligro de una devaluación masiva del yuan. Y ahora también el exceso de deuda.
Muchos son los fantasma que despierta China en los mercados, que han ido superándolos de la mano de las políticas y reformas de las autoridades del país, del compromiso alcanzado en el último G20 para salvaguardar la estabilidad financiera y de una macro que si bien, no brilla, tampoco se hunde.
Aidan Yao y Shirley Shen, del equipo de research de AXA IM, reconocen que el gigante asiático está excesivamente endeudado, especialmente por el lado privado. Pero consideran que el proceso de desapalancamiento no tiene que desencadenar una crisis necesariamente. Sí, afirman, es "a menudo doloroso", pero la historia nos muestra que "las políticas adecuadas ayudan a disminuir y mitigar el impacto".
Estos expertos creen que China lo llevará a cabo por dos vías: "La desaceleración del crecimiento de la deuda antes que una disminución real del ratio de deuda". ¿Qué podría salir mal? "La falta de acción política, que derive en que no haya reducción alguna del apalancamiento, como en la década pérdida de Japón (…) Una expansión sin control de una burbuja de deuda podría sembrar la semilla del desastre", concluyen.
En este sentido, desde Citi creen que "el proceso de ajuste de los desequilibrios y cambio de modelo económico en China llevará años (…) Y entre medias, no es descartable que surjan nuevos conatos de inestabilidad… con foco interno o externo".
Por ello es lógico que las autoridades internacionales "pongan especial énfasis en que las chinas sigan llevando a cabo reformas y ajustes que faciliten los cambios económicos y refuercen al mercado financiero chino de potenciales shocks del exterior". Es necesario, indican, que el Gobierno chino acelere este proceso y cumpla, así como que "el contexto económico y financiero mundial ofrezca tiempo muerto. Sí, quizás pidamos demasiado", añade su estratega en España, José Luis Martínez Campuzano.
Para Capital Economics, los estímulos puestos en marcha "deberían mantener la recuperación hasta finales de año, pero los políticos son conscientes de los daños que los excesos en este sentido pueden causar, por lo que probablemente den marcha atrás, por lo que probablemente el crecimiento se estabilice en lugar de acelerarse en 2017".
Así, estiman que el PIB repunte un 5,5% este año y el próximo, aunque las cifras oficiales apunten al 6,8% en 2016 y al 6,5% en 2017.