Empresas como Uber, Airbnb y Spotify han cambiado la forma en que viajamos, nos vamos de vacaciones, o escuchamos música; ahora el fintech está cambiando la manera de hacer finanzas. Estas industrias disruptivas comparten aspectos similares, pero, sin embargo, la irrupción del fintech conlleva unas características que lo hacen diferenciarse del resto. Toby Triebel, CEO […]
Dirigentes Digital
| 20 sep 2015
Empresas como Uber, Airbnb y Spotify han cambiado la forma en que viajamos, nos vamos de vacaciones, o escuchamos música; ahora el fintech está cambiando la manera de hacer finanzas. Estas industrias disruptivas comparten aspectos similares, pero, sin embargo, la irrupción del fintech conlleva unas características que lo hacen diferenciarse del resto. Toby Triebel, CEO y cofundador de Spotcap, las detalla a continuación.
1. Apostando por un marco regulatorio
Las nuevas compañías digitales que están revolucionando el mercado se encuentran en medio de alguna batalla con la regulación. Por ejemplo, Airbnb está constantemente luchando por las diferentes regulaciones en el alquiler de apartamentos y sus impuestos. Por su parte, Uber ha mostrado una notoria lucha contra el proceso regulatorio y, actualmente, destina más presupuesto en lobby que Wal-Mart, Bank of America o Wells Fargo. Nos encontramos ante dos ejemplos regulados a nivel municipal o estatal. Sin embargo, si lo comparamos con las startups fintech encontramos una principal diferencia, y es que éstas últimas están reguladas a todos los niveles, con lo que la innovación resulta mucho más complicada, según opina este dirigente. "La revolución fintech ha tenido que navegar en aguas reguladoras, a diferencia de los demás y, en lugar luchar contra ella, muchas compañías fintech usan el marco regulatorio, y su total cumplimiento, para fomentar un modelo de negocio eficaz y sostenible", asegura Toby Triebel.
De hecho, muchas empresas fintech están llevando a cabo una auténtica labor de lobby para apostar por la regulación y la asociación con los gobiernos. Hace poco, el primer ministro David Cameron daba la bienvenida a un manifiesto Fintech 2020 en el Reino Unido, cuyo objetivo es recaudar hasta 8.000 millones de dólares en el desarrollo del sector de las tecnologías financieras hasta el año 2020.
2. Una revolución provocada por una gran crisis
La revolución fintech ha llegado más tarde, pero lo ha hecho acompañada de una gran explosión. Según un reciente informe de CB Insights, en el segundo trimestre de 2015 se ha duplicado la cifra de la financiación global fintech en comparación con el mismo trimestre de 2014. El potencial de la industria es enorme teniendo en cuenta que los servicios financieros supusieron el 9,6% del PIB del Reino Unido en 2013.
La revolución fintech tiene un solo punto de partida: la crisis financiera mundial de 2008. Tras la crisis, los bancos se apresuraron en cumplir los requisitos reglamentarios, sin embargo, no podían seguir funcionando de la manera que lo hacían antes. Recientes investigaciones muestran que los préstamos a pequeñas empresas han caído un 20% desde la crisis. La aparición de nuevas tecnologías, junto con la desconfianza de los consumidores en los bancos, ha sido la mecha para la explosión del fintech por parte de startups.
3. Colaboración con la industria
Según datos de una investigación llevada a cabo por Symbid, el 80% de los principales bancos están invirtiendo en nuevas empresas o cerrando alianzas con ellas para incorporar el fintech y sus beneficios a sus servicios. Sin embargo, al tratarse de grandes estructuras, la innovación es lenta y tan sólo un 61% de los bancos (según datos de Infosys-EFMA) cuentan con una estrategia de innovación. Por el contrario, las empresas fintech pueden utilizar el respaldo de un banco para ayudar a construir una sólida base de clientes. A diferencia de otras industrias, la relación entre las nuevas compañías fintech y la banca supone una victoria para ambas, y es clave en el desarrollo del futuro e implantación del fintech.