La Cumbre de las Américas, que se realiza desde 1994 por iniciativa de Estados Unidos para, entre otros objetivos, promover un área de libre comercio, llega en 2015 a su séptima edición con la participación de todos los países del continente, destacándose la presencia de Cuba, que inició en 2014 un acercamiento con el creador […]
Dirigentes Digital
| 09 abr 2015
La Cumbre de las Américas, que se realiza desde 1994 por iniciativa de Estados Unidos para, entre otros objetivos, promover un área de libre comercio, llega en 2015 a su séptima edición con la participación de todos los países del continente, destacándose la presencia de Cuba, que inició en 2014 un acercamiento con el creador del encuentro.
"Los Jefes de Estado y de Gobierno podrán reflexionar y debatir con libertad y respeto a la heterogeneidad, sobre temas comunes", declara la organización, cuyo tema central este año es: "Prosperidad con Equidad: El Desafío de Cooperación en las Américas".
"Probablemente no habrá nada concreto de muy significativo, pero el peso simbólico es muy grande puesto que por primera vez participa Cuba tras unas negociaciones que se hicieron a la manera de ambos", le dijo a DIRIGENTES, desde la ciudad de Panamá, la especialista en relaciones internacionales Natasha Niebieskikwiat.
La Cumbre innova en 2015 con la apertura de un foro de rectores de las Universidades más destacadas del continente y la implementación de un nuevo enfoque metodológico en el desarrollo del tema y los acuerdos.
Todos a la mesa
El hecho de que por primera vez no haya exclusiones significa que en los auditorios se encontrarán todas las corrientes ideológicas que hoy bullen en el continente, desde las más "azules" (Alianza del Pacífico) a las más "rojas" (Alianza Bolivariana).
La posibilidad de que la "narrativa anti-norteamericana" pudiera perturbar el encuentro, principalmente por la radicalidad del presidente venezolano Nicolás Maduro, fue minimizada por una estrategia de "pacificación" de la Casa Blanca.
"Nos interesa que a Venezuela le vaya bien. Somos su principal socio comercial", afirmó Ricardo Zúñiga, del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), alineado con Ben Rhodes, también del CSN, quien declaró que "Venezuela no representa una amenaza para la seguridad de Estados Unidos".
Además de desentenderse con EEUU, Maduro también cortó relaciones diplomáticas y comerciales con Panamá en 2014, antes de la elección del actual presidente, Juan Carlos Varela, el único mandatario, por lo demás, con quien Obama se reunirá en esta ocasión.
El factor Maduro
"Iré a la Cumbre a pedir respeto por Venezuela", dijo Maduro, prenunciando que le llevaría a Obama un petitorio, firmado por unos 8 millones de personas, para que derogue las sanciones en su contra.
"Ha cosechado algunos apoyos para su campaña, pero no se espera que haya aquí un aumento de la tensión", analiza Niebieskikwiat, que ha cubierto varias cumbres para el diario argentino Clarín, y que cree que los enfrentamientos puedan darse más bien fuera de los recintos.
"Además de los presidentes, están los disidentes", detalló la especialista a DIRIGENTES, en referencia a los cubanos y venezolanos opositores a sus respectivos regímenes, que tendrán allí una cumbre paralela, "más tranquilos los primeros y más combativos los segundos".
Los trópicos
Las otras dos grandes naciones del continente fuera de Estados Unidos, Brasil y Mexico, llegan con agendas "casi neutras", cargando el peso de sus respectivas crisis domésticas.
Brasil aparece deslucido por la escasa popularidad de la presidenta Dilma Rousseff (12% en marzo, un nivel comparable con el de Maduro) a raíz del escándalo de corrupción en Petrobras y la drástica caída de la economía.
México "lleva una posición muy clara de privilegiar la cooperación como mecanismo de desarrollo", dijo la subsecretaria de Relaciones Exteriores de ese país, Vanessa Rubio, quien anticipó también que Enrique Peña Nieto apoyará el reingreso de Cuba a la OEA.
Más allá de sus diferencias ideológicas y programáticas, Rousseff, Peña Nieto y Maduro llegan a Panamá con los ecos aún resonantes de masivas manifestaciones callejeras en su contra, fenómeno que, curiosamente, no se ha registrado en Cuba, protagónico casi estelar de esta Cumbre hecha a la medida del "Gran País de la Libertad".