Haciendo una media simple, el continente con las subidas más destacadas en bolsa ha sido, de lejos, Asia-Pacífico. Su crecimiento económico, claramente superior al registrado en Europa o Estados Unidos, se consolidará por encima del 5% también durante 2018. Y la inversión necesaria en infraestructuras regionales, según estimaciones del Asian Development Bank, ascenderá al billón […]
Dirigentes Digital
| 02 ene 2018
Haciendo una media simple, el continente con las subidas más destacadas en bolsa ha sido, de lejos, Asia-Pacífico. Su crecimiento económico, claramente superior al registrado en Europa o Estados Unidos, se consolidará por encima del 5% también durante 2018. Y la inversión necesaria en infraestructuras regionales, según estimaciones del Asian Development Bank, ascenderá al billón de dólares anuales hasta 2020. Por tanto, que Vietnam sea la bolsa asiática más rentable de 2017, junto con Mongolia, no debe sorprender. China apuesta por Vietnam, entre otros, en su iniciativa comercial conocida como “Nueva Ruta de la Seda”. Bajo este plan, los chinos han justificado inversiones valoradas en 240 mil millones de dólares, abarcando continentes enteros como Asia o Europa del Este. La inversión china dentro del parque industrial Long Jiang, donde se desarrollan diversas industrias manufactureras, desde textil hasta alimentos procesados, es un buen ejemplo. La economía vietnamita crecerá un nada desdeñable 6,9% en 2018, gracias, sobre todo, al liderazgo de su sector exportador. Las multinacionales, en vez de hacia China, ahora se deslocalizan a Vietnam (al existir menores costes laborales). Esto significa, fundamentalmente, que China continúa con su cambio de modelo. El consumo privado va ganando terreno al sector industrial. Y sectores como el tecnológico, o los servicios, están superando al inmobiliario en sus tasas de crecimiento. El índice SCI 300, que incluye empresas cotizadas de Shenzhen y Shanghai, ha subido un 25% este año; con expectativas claramente alcistas para 2018. Japón, la única economía de Asia industrializada y plenamente desarrollada, también ha cerrado un buen año en bolsa. El índice NIKKEI de Tokio ha subido casi un 20% en 2017. Y no parece tener una resistencia del todo definida. La economía nipona está previsto que ralentice su crecimiento unas décimas, hasta el 1,2%; en 2018. La inflación, tras décadas de deflación persistente, registrará otra temporada en positivo. Pero los salarios reales japoneses, en niveles mínimos de 1990, obstaculizan el despegue del consumo (el elevado endeudamiento público, con unos impuestos más altos cada vez, representa un riesgo notable a tener en consideración). Aunque la depreciación del Yen, con el consiguiente incremento de las exportaciones, debe ser suficiente para seguir justificando una subida sostenida del NIKKEI. Otro de los mercados estrella en 2017 fue Filipinas, con un incremento del 25%. La inversión productiva dentro del archipiélago seguirá disparada durante 2018. Y su crecimiento económico, por otra parte, rondará el 7%. India, por último, pretende incrementar la contribución del sector manufacturero sobre el PIB un 25% antes de 2020. Su idea, realmente, es pasar de tener una economía ineficientemente gobernada desde el sector estatal a contar con otra donde las empresas privadas ganen protagonismo. El SENSEX indio, al menos, parece que se cree todas estas promesas tras haberse anotado un 30% en 2017.