Abengoa volvió a convertirse en el farolillo del Ibex 35 con un derrumbe de sus títulos de casi el 8%, cerrando una semana horrible en la que se ha dejado más de 12%. Por derecho propio el valor se está convirtiendo en el chicharro del selectivo en lo que va de año. A pesar de […]
Dirigentes Digital
| 10 oct 2014
Abengoa volvió a convertirse en el farolillo del Ibex 35 con un derrumbe de sus títulos de casi el 8%, cerrando una semana horrible en la que se ha dejado más de 12%. Por derecho propio el valor se está convirtiendo en el chicharro del selectivo en lo que va de año. A pesar de estar sufriendo pérdidas del 30% desde que comenzó el mes, en 2014 lleva una revalorización de casi el 45%.
Los títulos de Abengoa se han convertido en un polo de atracción para la especulación más salvaje. José María Rodríguez, analista de Bankinter, recordaba hace unos meses con motivos de unos bandazos que dio la cotización que quizás sea de los subyacentes más volátiles y con mayor beta (sensibilidad respecto al índice) del mercado. Para lo bueno y lo malo los títulos de Abengoa oscilan siempre con fuerza.
Pero detrás de las recientes caídas está que la compañía está falta de buenas noticias. Justo a comienzos de octubre, Abengoa cerró la refinanciación para su deuda a largo plazo con un crédito sindicado de 1.400 millones. Un anuncio que llevaba esperando meses. Además, fuentes del mercado señalan que la empresa presentó unas ambiciosas perspectiva de negocio, que el mercado ya ha terminado descontando.
La compañía se comprometió aincrementar en 2014 su beneficio neto entre un 25% y un 30%, algo bastante plausible por la evolución de las cifras. Para 2015 prevé un crecimiento entre un 40% y un 60%. Sin embargo, hay otro catalizador negativo que el mercado está penalizado. A la compañía andaluza se le ha caído uno de sus proyectos estrellas en California. Abengoa tenía previsto iniciar junto a BrightSource Energy la construcción de dos torres solares de 500 MW, conocido como Palen Solar Electric Generating System, que tenían una inversión estimado de 2.000 millones.
Otra señal que explican las caídas es el repunte que ha registrado el total de posiciones cortas agregadas. A comienzo de mes han subido un 2% hasta el 6,86% del total de la capitalización del grupo. Al calor del calentón que el valor tenía en la primera mitad del año, cuando llegó a multiplicar por dos su capitalización, los fondos a partir de junio comenzaron a tomar posiciones. En apenas cincos meses, han duplicado la tenencia de acciones.
Por fundamentales, los analistas coinciden en indicar que el verdadero problema de la compañía es la elevada deuda. A cierre de junio, ascendía a 2.442 millones de deuda neta, 2,5 veces su beneficio de explotación. Aunque la compañía dirigida por Manuel Sánchez Ortega, ha obtenido un gran respiro cerrando la refinanciación al retrasar los vencimientos hasta 2019 y rebajar su coste de financiación entre 100 y 125 puntos básicos.
Además, ha encontrado nuevas vías de financiación. Primero con la salida a bolsa de su filial Abengoa Yield en el Nasdaq, donde levantó 800 millones de euros, y con la emisión de "bonos verdes" por 500 millones de euros y vencimiento en 2019, a través de su filial Abengoa Greenfield.