El Ministerio de Hacienda recauda anualmente alrededor de 15 millones de euros procedentes de cuentas corrientes o depósitos abandonados. En la última década ha ingresado más de 152,8 millones de euros por esta vía. Tan solo en 2016 recogió en sus arcas 13,13 millones procedentes de cuentas olvidadas, es decir, aquellas que llevan más de […]
Dirigentes Digital
| 10 abr 2018
El Ministerio de Hacienda recauda anualmente alrededor de 15 millones de euros procedentes de cuentas corrientes o depósitos abandonados. En la última década ha ingresado más de 152,8 millones de euros por esta vía. Tan solo en 2016 recogió en sus arcas 13,13 millones procedentes de cuentas olvidadas, es decir, aquellas que llevan más de 20 años sin realizar ningún tipo de movimiento o gestión. “Dejar una cuenta corriente abandonada puede conllevar una serie de inconvenientes más allá de que el Estado se quede con el dinero que nadie reclama”, señalan desde el banco digital Self Bank, que explica qué ocurre cuándo se deja una cuenta bancaria inactiva. Las entidades bancarias deber informar a la Delegación de Economía y Hacienda de la existencia de cuentas abandonadas. La Ley de Patrimonio de las Administraciones Públicas recoge que el Estado se quedará con el dinero de las cuentas corrientes que no hayan registrado movimientos en las dos últimas décadas, y que tras notificación certificada al propietario no se haya obtenido respuesta. Hay que tener en cuenta que no es lo mismo una cuenta cancelada que una abandonada. Mientras el titular de la cuenta no la cancele o no transcurran 20 años sin que se realice ningún movimiento, la entidad bancaria considera que la cuenta sigue estando operativa. “En ocasiones cerrar una cuenta bancaria puede suponer un quebradero de cabeza y conllevar diversas gestiones. Sin embargo, en la actualidad algunas entidades como Self Bank ya ofrecen a sus clientes la posibilidad de cerrar una cuenta anterior con un solo click gracias al servicio de portabilidad bancaria”, explica la responsable de Desarrollo de Contenidos, Productos y Servicios de Self Bank, Victoria Torre. Además, dejar inactiva una cuenta y despreocuparse de ella no debería ser una norma habitual ya que es posible que nos llevemos una desagradable sorpresa. Si la cuenta tiene comisiones, la entidad seguirá cobrándolas periódicamente y mermando así el saldo existente. En ocasiones, al dejar inactiva la cuenta, con poco dinero, la entidad bancaria comienza a cobrar comisiones al no cumplir los requisitos estipulados. Si ha pasado mucho tiempo desde que dejamos de hacer gestiones con una de las cuentas corrientes y el banco ha cobrado comisiones durante este periodo, se puede dar el caso de que la entidad reclame al titular la cantidad correspondiente a las comisiones devengadas de mantenimiento. Con el transcurso del tiempo, el cobro de las comisiones puede reducir el saldo bancario hasta dejarlo en números rojos. “En estos casos hay que tener en cuenta que la deuda con el banco puede incrementarse de forma considerable, según la política de cada entidad”, apuntan desde Self Bank. La cantidad recaudada por el Ministerio de Hacienda procedente de las cuentas abandonadas se destina desde 2015 a la financiación de programas de formación dirigidos a personas con discapacidad. En definitiva, corresponde a la Administración General del Estado no solo el dinero procedente de las cuentas abandonas, sino también todos los bienes muebles depositados en entidades de crédito, agencias de valores, sociedades y otras entidades financieras, lo que suma un montante de 24,4 millones de euros.