Los mercados de deuda pública finalizaron el trimestre con debilidad ante el tono más duro de los comunicados de los bancos centrales, que sugieren que las inyecciones de liquidez pueden reducirse paulatinamente. Desde Fidelity, según su informe mensual sobre renta fija, realizan el siguiente análisis: Si bien el momentum a corto plazo apunta a unos rendimientos […]
Dirigentes Digital
| 19 jul 2017
Los mercados de deuda pública finalizaron el trimestre con debilidad ante el tono más duro de los comunicados de los bancos centrales, que sugieren que las inyecciones de liquidez pueden reducirse paulatinamente. Desde Fidelity, según su informe mensual sobre renta fija, realizan el siguiente análisis: Si bien el momentum a corto plazo apunta a unos rendimientos potencialmente más altos en el futuro, su repunte desde mediados de junio debe contemplarse en el contexto más amplio de las tendencias en lo que va de año —los rendimientos de gran parte de la deuda pública están ahora más bajos que a principios de 2017, incluidos los del Tesoro de EE.UU. Es probable que, en adelante, las perspectivas de tipos globales sigan dominadas por las fuerzas estructurales combinadas del envejecimiento demográfico, el exceso de deuda y la creciente desigualdad. Conjuntamente, estas fuerzas reducen el crecimiento potencial, frenan la inflación e impulsan la demanda de activos de renta fija en todo el mundo. También somos conscientes de los riesgos de final de ciclo y el mantenimiento de la duración de las carteras está justificado para ayudar a compensar el riesgo de crédito y protegerse frente a la debilidad económica renovada.
Esperamos que los bonos del Tesoro de EE.UU. se mantengan dentro de un rango hasta finales de año y que los tipos a 10 años se mantengan entre el 2,0% y el 2,5%. Es probable que el crecimiento del PIB estadounidense se haya acelerado en el 2T y los datos de las encuestas apuntan a un crecimiento constante en el 2S. Sin embargo, los datos recientes de bienes duraderos apuntan a un debilitamiento de las perspectivas de inversión empresarial y vemos riesgos bajistas para el resto de 2017. En este contexto, esperamos que la Fed anuncie el comienzo de la normalización del balance en septiembre y no prevemos ninguna otra alza de tipos hasta diciembre. Tras haber actualizado sus principios sobre la normalización del balance, por los que la tasa de reinversión de las posiciones en bonos del Tesoro y MBS se reducirá progresivamente cada trimestre, la Fed será muy sensible a los movimientos de los mercados de bonos desde ahora y hasta que se produzca algún anuncio y probablemente prolongará el proceso si los rendimientos aumentan considerablemente.
En Europa, Mario Draghi sorprendió a los mercados a finales de junio con comentarios positivos acerca de la recuperación económica. Si bien los directivos del BCE los rebajaron al día siguiente, el mercado de bunds se apresuró a descontarlos y los rendimientos a 10 años se duplicaron hasta situarse de nuevo por encima de 50 puntos básicos. Esperamos que el BCE anuncie un endurecimiento de la política en el cuarto trimestre. Lo que es más importante, es probable que el anuncio del endurecimiento se combine con una prolongación de las compras de activos de la QE hasta 2018, lo que contribuirá a frenar la respuesta del mercado. Para los bunds, la claridad en relación con el endurecimiento del BCE eliminará una fuente esencial de incertidumbre y puede proporcionar apoyo a corto plazo. Sin embargo, la inflación subyacente será más importante para las perspectivas y nuestras proyecciones benignas sugieren que los rendimientos probablemente se mantengan dentro de los rangos observados en lo que va de año.
Las perspectivas del Reino Unido están muy ensombrecidas por la incertidumbre del Brexit. Como los rendimientos de los gilts son bajos y ofrecen poco valor, abogamos por las posiciones cortas, sobre todo frente a otros mercados principales. Cabe esperar que los gilts se vean atrapados en el fuego cruzado entre una inflación tercamente elevada en el Reino Unido y el deterioro de las perspectivas de la economía interna. Aunque el panorama descrito por la prensa es más sombrío, las encuestas del Reino Unido aún no dan señales de debilidad económica significativa. De hecho, la debilidad de la libra esterlina ha fortalecido la balanza comercial, contribuyendo a compensar el debilitamiento del consumo de los hogares. Sin embargo, dada la incertidumbre que envuelve a las perspectivas de inversión empresarial, vemos riesgos bajistas para el crecimiento del Reino Unido en el 2S. En consecuencia, esperamos que el Banco de Inglaterra se mantenga a la espera durante lo que resta de 2017, pese a la reciente crispación que ponen de relieve las opiniones de los miembros del Comité de Política Monetaria.