Recientemente Joshp Stiglitz, Premio Nobel en Economía y Profesor de la Universidad de Columbia realizó unas declaraciones en las que afirmaba que "el euro ha sido un fracaso económico que los países no pueden evitar". Parece que el debate está servido y hay que investigar todos los escenarios posibles, porque ¿qué pasaría si el mundo […]
Dirigentes Digital
| 21 ago 2016
Recientemente Joshp Stiglitz, Premio Nobel en Economía y Profesor de la Universidad de Columbia realizó unas declaraciones en las que afirmaba que "el euro ha sido un fracaso económico que los países no pueden evitar". Parece que el debate está servido y hay que investigar todos los escenarios posibles, porque ¿qué pasaría si el mundo tuviera una sola moneda?
Foster Swiss, despacho especializado en la creación de empresas de servicios de inversión, desvela los efectos que tendría la implantación de una moneda única a nivel mundial. Para empezar una mala gestión en el suministro de dinero podría llevarnos a una hiperinflación. En un primer momento la cantidad de moneda que debería emitir el Banco Central supondría un gran esfuerzo.
La inflación se pudo observar en el momento de implantación del euro cuando se produjo un gran aumento de los precios en general, no se podría comparar con otras monedas por lo que sería difícil asignar un valor a esta divisa. De esta forma, mucha gente optaría por convertir su dinero en activos físicos (oro, ganado, materias primas…) por temor a la depreciación de sus activos financieros (moneda).
A la larga significaría el regreso a una economía de trueque. Los países en vías de desarrollo pueden beneficiarse de una moneda única bien gestionada que fomente un entorno estable para la inversión, el crecimiento y el desarrollo ecónomico.
Nunca más existirían políticas monetarias nacionales lo cuál puede no ser beneficioso ya que el mundo no es homogéneo y lo que puede ayudar a una zona puede ser perjudicial para otra. Ya no existirían los tipos de cambio como herramienta de política económica para que cada país pueda proteger el crecimiento económico.
Otra opción sería tener varios bancos centrales en distintos países pero siempre el país menos desarrollado tenderá a emitir más dinero, lo que llevaría a la hiperinflación y al colapso del sistema. Además existirían graves problemas de coordinación de políticas monetarias.
En este caso la Trinidad Imposible se haría posible : Libre movimiento de capitales con una política monetaria autónoma y un tipo de cambio fijo ( ya que no existirían los tipos de cambio). Solo sería beneficioso para el país o los países que estuviesen controlando el Banco Central. Se eliminaría la especulación monetaria, no existiría el Mercado de Divisas (Forex) y con ello, disminuye el riesgo en las transacciones internacionales. Tampoco existirían empresas como Foster Swiss dedicadas a la tramitación de licencias para Forex/Broker en más de 40 jurisdicciones.
Además se eliminarían las barreras comerciales y las medidas proteccionistas lo que beneficiaría a los países de alto rendimiento, como ocurrió con Alemania tras la unión monetaria del Euro. ¿Quién sabe qué nos depara el futuro? Tras las últimas llamadas de países como China o de Naciones Unidas a compartir una moneda única es necesario plantearse las consecuencias de esta acción.
Sin embargo ya existen proyectos como la moneda UFWC (United Future World Currency) que aspira a ser la única en circulación.