Las agencias de calificación tienen sus ojos en China. Moody’s fue la primera agencia importante en rebajar la calificación crediticia de China a fines de mayo. La calificación se redujo dos niveles a A1. Esa fue la primera rebaja desde 1989. Standard & Poor’s pronto podría seguir. Su calificación para China es AA-, el cuarto […]
Dirigentes Digital
| 18 jul 2017
Las agencias de calificación tienen sus ojos en China. Moody’s fue la primera agencia importante en rebajar la calificación crediticia de China a fines de mayo. La calificación se redujo dos niveles a A1. Esa fue la primera rebaja desde 1989. Standard & Poor’s pronto podría seguir. Su calificación para China es AA-, el cuarto mejor nivel de calificación. La perspectiva es negativa según destaca el director fundador del Flossbach von Storch Research Institute, Dr Thomas Mayer. “Incluso si las agencias aún consideran los bonos del gobierno chino una inversión que vale la pena, la rebaja es una llamada de atención, ya que China una vez gozó de una reputación de crecimiento ilimitado. Los superávits comerciales y el aumento aparentemente interminable de las reservas monetarias fueron igualmente impresionantes” señala Mayer. Pero el motor del crecimiento está vacilando, destaca Mayer. “China está convirtiendo su economía. El antiguo “banco de trabajo del mundo” quiere ofrecer más servicios y participar más en la cadena de valor. El camino parece ser rocoso”. Para Flossbach von Storch, el resultado de este experimento económico es completamente desconocido, como lo demuestran una serie de hechos:
La administración (no muy exitosa) del gobierno de la economía ha sido a expensas de sus reservas. En opinión de Flossbach von Storch, esto probablemente continuará, ya que el Partido Comunista de China (PC) necesita crecimiento para aumentar la prosperidad de la población. A diferencia de los países industrializados, los mercados emergentes necesitan un rápido crecimiento para crear un aumento perceptible en la prosperidad. Esta es la única forma en que el PC puede esperar recibir el apoyo del pueblo. Intervención de los mercados financieros del gobierno (los ciudadanos chinos, por ejemplo, no pueden simplemente invertir en el mercado de renta variable global como los estadounidenses o europeos) causa burbujas de precios, como en el sector inmobiliario. Las economías también pueden tener paralelismos con el “esquema de Ponzi” desarrollado por el legendario cónsul Charles Ponzi, donde el capital es sifonado para hacer distribuciones. El “esquema Ponzi” sólo funciona con una afluencia constante de nuevos fondos. En el caso de una economía, los fondos pueden estar disponibles a través de una política monetaria expansiva, el aumento de la deuda nacional o la reducción de las reservas monetarias. Para China, esto significa que el “juego Ponzi” sólo puede continuar mientras el crecimiento económico sea mayor que el retorno del capital que los inversores puedan ganar. “No termina hasta que se restablezca el equilibrio económico en el futuro, es decir, cuando se logre un crecimiento “saludable” y la rentabilidad del capital supere el crecimiento” añade Mayer.