Las inversiones multimillonarias son buenas, vengan de donde venga, y más teniendo en cuenta la deuda que tiene España y la falta que hace la entrada de capital ‘fresco’. Wang Jianling, además de ser la cuarta persona más rica de China, es propietario del Grupo Wanda, uno de los empresarios más poderosos del mundo y […]
Dirigentes Digital
| 26 ene 2015
Las inversiones multimillonarias son buenas, vengan de donde venga, y más teniendo en cuenta la deuda que tiene España y la falta que hace la entrada de capital ‘fresco’. Wang Jianling, además de ser la cuarta persona más rica de China, es propietario del Grupo Wanda, uno de los empresarios más poderosos del mundo y todo un líder en su país, tanto es así, que muchos creen que tras las inversiones de Wang en nuestro país, vendrán muchas más provenientes del país asiático. Es decir, se producirá un efecto contagio, sobre todo en cuando al sector inmobiliario se refiere.
Y es que, aunque el magnate haya adquirido el 20% del Atlético de Madrid, su interés no es únicamente deportivo, como así lo ha demostrado en varias ocasiones. En el club rojiblanco, el empresario chino tendrá ciertos poderes a la hora de tomar decisiones, aunque Enrique Cerezo y Gil Marín continúan siendo los máximos accionistas del Club, por lo que la última palabra es suya. Antes del club madrileño, Wang se interesó en comprar el Valencia, atraído por su patrimonio inmobiliario que asciende a los 600 millones de euros. Del Atlético de Madrid, como así ha dejado entrever su actual presidente, Enrique Cerezo, a Wang podría interesarle ayudar a construir el nuevo estadio del equipo, La peineta. Previsiblemente, además del estadio, le atrae el terreno de alrededor, que una vez terminadas las obras, pasará a manos del Atlético de Madrid.
Edificio España
Este ‘armatoste’ de hormigón, situado en la céntrica Plaza España, de Madrid, atrajo ‘a primera vista’ a Wang Jianlin. Teniendo en cuenta que él construye hoteles de lujo, este es su propósito para este edifico tan representativo, devolverlo a su origen de hotel lujoso y pionero en una de las mejores ubicaciones de la capital.
Visita a España
Esta semana, Wang Jianlin llegará a Madrid para entrevistarse con la alcaldesa Ana Botella y el presidente regional Ignacio González, esta vez, para hablar de su próximo objetivo: los terrenos de Campamento.
Para este ‘descampado’ tiene sin duda un mayor plan, convertirlos en una gran ciudad comercial y de ocio. Este complejo, construido íntegramente por el Grupo Wanda, incluirá viviendas, centros comerciales, hoteles de lujo y puede que hasta algún casino, curando así la herida abierta con el fracaso del proyecto de Sheldon Adelson, Eurovegas.
Estos terrenos, en total 2.000 millones de metros cuadrados, pertenecen al ministerio de Defensa, y según ha anunciado el mismo Wang, estaría dispuesto a invertir en ellos unos 3.000 millones de euros.
Los otros negocios de Wang
Aunque parezca mentira, todas estas inversiones y adquisiciones forman parte de un objetivo común. El propósito final de Wang Jianlin es convertir España en la meca del turismo chino.
Pese a que puede parecer que son muchos los turistas de esta nacionalidad que visitan nuestro país, nada más lejos de la realidad. El chino es el mayor mercado turístico del mundo, y solo 300.000 turistas de esta nacionalidad visitaron España en 2014.
Para aumentar esta cifra, Wang ha dado con la clave del éxito. Trae visitantes de su país en la compañía aérea estatal china, Air China, y los aloja en sus hoteles. Si el proyecto de Campamento sale adelante, ahora puede ofrecerles además ocio y entretenimiento sin límites, y para ‘rematar’ el viaje, una visita al Vicente Calderón para ver jugar a algunos de los mejores futbolistas del mundo. De hecho, Jianlin ya ofrece viajes organizados a sus ‘paisanos’, que incluyen, por ejemplo, la visita a un museo en Sevilla, con espectáculo flamenco.
De cerrarse el gran proyecto de Campamento no sólo Wang Jianlin saldría beneficiado. La Comunidad de Madrid también ganaría con el considerable aumento de turistas de este país asiático, ya que muchos hosteleros y comerciantes coinciden, suelen ser turistas de clase alta, que buscan lujo cueste lo que les cueste, y gastan bastante dinero en compras y comida.