Hasta ahora la empresa brasileña con mayor deuda que tuvo que solicitar intermediación de la justicia para renegociar sus obligaciones era la petrolera OGX, del exmillonario Eike Batista, que en 2013 se acogió a la ley de quiebras con 3.200 millones de dólares de pasivo. "Considerando los desafíos generados por la situación económica financiera de […]
Dirigentes Digital
| 21 jun 2016
Hasta ahora la empresa brasileña con mayor deuda que tuvo que solicitar intermediación de la justicia para renegociar sus obligaciones era la petrolera OGX, del exmillonario Eike Batista, que en 2013 se acogió a la ley de quiebras con 3.200 millones de dólares de pasivo.
"Considerando los desafíos generados por la situación económica financiera de la empresa a la luz del cronograma de vencimiento de sus deudas y las amenazas de inminentes embargos o bloqueos en procesos judiciales, y teniendo en cuenta la necesidad de adoptar de urgencia medidas de protección, la Oi concluye que la presentación de la petición de recuperación judicial sería la medida más adecuada en este momento", explica la empresa en un comunicado.
Con cerca de 17 millones de clientes, Oi es la tercera mayor empresa del sector de telecomunicaciones de Latinoamérica y tiene entre sus principales accionistas a la antigua Portugal Telecom, su socia estratégica desde 2010 y que posee el 27,5% del capital. Precisamente gran parte de su deuda proviene de esa operación corporativa, efectuada en 2013.
La operadora brasileña negoció también ese año un acuerdo con el fondo de inversiones LetterOne, controlado por el billonario ruso Mijail Fridman, para adquirir la también brasileña TIM en un intento de sanear sus finanzas, pero los rusos terminaron desistiendo.
La posible fusión con TIM la habría fortalecido en el mercado móvil y dado condiciones de competir en Brasil en mejores condiciones con la española Telefónica, que opera bajo la marca Vivo, y la mexicana América Móvil, con su sello Claro, que también ofrecen en el país telefonía fija, telefonía móvil, acceso a internet y televisión por suscripción.
La compañía explicó en su comunicado que "si la justicia acepta su petición de acogerse a la ley de quiebras, podrá refinanciar sus deudas y al mismo tiempo garantizar la oferta de los servicios a sus clientes". De momento, ha alcanzado un acuerdo con la entidad estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) para suspender el pago de sus obligaciones financieras durante 180 días.
En 2015 Oi registró pérdidas de 1.766,7 millones de dólares y en el primer trimestre de este año los números rojos alcanzaron los 468,6 millones de dólares. Además, la agencia de calificación Fitch Ratings había rebajado su nota hasta "C", el último nivel antes de la quiebra, por considerarla insostenible.