La gran banca española, que incluye a las entidades financieras que cotizan en el Ibex, ganó 11.651 millones en 2015, que representa un 8,1% más respecto a 2014. Las grandes cifras ofrecen una fotografía de recuperación del sector. El margen de intereses se elevó un 8% hasta los 62.000 millones y el margen bruto, un 7% hasta los 91.000 millones. En líneas generales, las ganancias crecieron gracias a las menores provisiones, la incorporación de nuevas adquisiciones al volumen de negocio y a la aportación de una subida de comisiones a los ingresos. Pero analizando el detalle y entidad por entidad los números ofrecen algunos aspectos preocupantes.
Durante la presentación de resultados, los banqueros se han quejado del difícil contexto. Tipos de interés al cero y exigencias regulatorias. El primero golpea directamente al volumen de negocio tradicional de la banca. Las entidades generan beneficio prestando dinero a un interés más alto por el que captan depósitos. La dura realidad de tipos cero no permite esta operativa básica al presionar a la baja el interés de los préstamos, lo que redunda en una menor generación de capital para reforzar balance. Y la segunda circunstancia impacta directamente en el capital. Años atrás se ponía en duda la solvencia de la banca y el mercado estaba atento al ratio de capital que manifestaba la fortaleza de una entidad financiera.
Esa fase está más que superada, la mayoría de la gran banca elevaron la ratio Cet 1
fully loaded, la exigencia del BCE que entrará en vigor en 2019 y dependiendo de la entidad deberá estar por encima entre el 9 y el 10%, y toda está por encima del capital que se pedirá en su momento. De media se sitúa por encima del 12%, con
CaixaBank a la cabeza (15,7%) y con Santander a la cola (10,05%), después de la macroampliación realizada este año por 7.500 millones.
Pero ahora la gran duda es si podrán mantener este nivel y para ello es necesario que aparte de generar beneficio, los bancos deben ser rentables. Y aquí es cuando aparecen los nubarrones en la banca. La rentabilidad en un banco se mide por la rentabilidad por recurso propios (ROE). De media las siete entidades lograron un 6,1% frente al 5,4% de 2014. El consenso del mercado estima que el nivel adecuado está en el 10% para superar con holgura el coste de capital actual situado en estos momentos entre el 9% y el 10%. El gran problema es que solo dos entidades se sitúan en estos niveles. Bankinter con un 10,9% y Bankia con un 9%, aunque hay que tener en cuenta que sería del 10,6% si no fuera por las provisiones sobrevenidas a principio de año por demandas por la salida a bolsa de 2011. El resto no llega al 8%: Santander está en el 7,2%; Sabadell, en el 6,3%; BBVA, en el 5,3%; CaixaBank, en el 3,4%; y Popular, en el 0,8%.
Todas las entidades se han fijado como objetivo alcanzar un ROE del 10% en los próximos años. El problema es sustancial de no alcanzar estos niveles, los bancos seguirían destruyendo capital ejercicio tras ejercicio. Para ello solo tienen pocas opciones aumentar los márgenes o crecer en tamaño para ganar eficiencia y con ello rentabilidad. En el conjunto de entidades, el margen creció un 8% pero de manera desigual. Sólo Sabadell y Bankinter han presentado crecimientos de dos dígitos. En el caso Sabadell, se ha elevado un 17,9%, sin tener en cuenta la aportación del británico TSB. En Bankinter aumentó un 15,1%, impulsado por el mayor margen de cliente y el aumento del saldo. Mientras, Popular, Santander y Bankia registraron reducciones del margen de entre el 3% y el 6%.
Ante esta situación a los bancos no les queda más remedio que apostar por el negocio menos bancario como la gestión de recursos fuera de balance, como fondos de inversión o planes de pensiones. En este sentido, la cuenta de resultados se ha visto favorecida por un incremento de los ingresos por comisiones del 5,1% hasta los 19.288 millones, que impulso el margen bruto. Sólo dos entidades, Popular y Bankia, vieron decrecer sus ingresos por este concepto. Sabadell los elevó un 16,5%; CaixaBank, un 10,3%; BBVA, 7,8%, Bankinter, un 6,3%; y Santander, un 3,5%.
Reducción de costes
El otro camino para sobrevivir es la reducción de costes. El ratio de eficiencia se ha convertido en otro indicador a seguir para valorar la solvencia de la entidad a futuro. Calibra cuánto le cuesta a un banco hacer negocio. Cuanto más bajo menor coste tiene la generación. En este apartado Bankia es el campeón. Con un 43,5%, significa que por cada 100 euros que ingresa tiene unos gastos asociados de 43,5 euros en pago de sueldos, mantenimiento de oficinas u otros costes asociados.
De media, la ratio de eficiencia situó al cierre de 2015 en el 49%, sin apenas cambios con respecto al año pasado. Por debajo de 50 se considera un buen balance entre los que se sitúa 2014. (43,7%), Popular (46,7%) y Santander (47,6%). Sabadell (50,4%), BBVA (52%) y CaixaBank (59,6%) superan ese nivel.
La vía más fácil para superar los tipos cero es la concentración del sector, como han reconocido la mayoría de banqueros en sus presentaciones. Los reguladores insisten como el Banco de España y BCE insisten en comenzar una nueva oleada de fusiones, que permita a las entidades aumentar tamaño y volumen, a la vez que reducir costes por sinergias. Sin embargo, los dirigentes indican que tocará esperar hasta finales de 2016.