"La consulta muestra claramente que existe un enorme escepticismo en lo que respecta al instrumento de solución de diferencias entre inversores y Estados", comentó Cecilia Malmström, Comisaria de Comercio. En total, han sido casi 150.000 respuestas que en su mayoría han llegado a través de la plataforma online habilitada a tal efecto. El informe de […]
Dirigentes Digital
| 19 ene 2015
"La consulta muestra claramente que existe un enorme escepticismo en lo que respecta al instrumento de solución de diferencias entre inversores y Estados", comentó Cecilia Malmström, Comisaria de Comercio. En total, han sido casi 150.000 respuestas que en su mayoría han llegado a través de la plataforma online habilitada a tal efecto.
El informe de la Comisión recoge un análisis detallado de todas las respuestas. La Comisión debatirá ahora el camino a seguir con el Parlamento Europeo, los Estados miembros de la UE y las demás partes interesadas, en particular las ONG, las empresas, los sindicatos, las organizaciones de consumidores y el mundo académico.
«Antes de poner en marcha recomendaciones políticas sobre protección de las inversiones y solución de diferencias entre inversores y Estados en la ATCI, necesitamos un debate abierto y franco con los gobiernos de la UE, el Parlamento Europeo y la sociedad civil. Este será el primer paso inmediatamente después de la publicación de este informe. Observo también que la consulta ha aportado propuestas constructivas sobre cuestiones que pueden modificarse. Vamos a examinarlas con detenimiento durante los debates. También debemos reflexionar sobre la forma de abordar el hecho de que los países de la UE tienen ya 1.400 acuerdos bilaterales de este tipo, algunos de los cuales se remontan a la década de los cincuenta", añadió Malmström.
"La gran mayoría de estos acuerdos no incluyen el tipo de garantías que la UE desearía ver. Esto también tendrá que ser un elemento importante de nuestra reflexión al examinar la mejor manera de abordar la cuestión de la protección de las inversiones en los acuerdos de la UE, ya que, si no se sustituyeran por disposiciones más avanzadas, permanecerían en vigor, con todas las legítimas preocupaciones que han levantado en los últimos meses", subrayó la comisaria.
El macro acuerdo
El conocido por sus siglas en inglés como TTIP que negocian ambos bloques tiene como objetivo eliminar las barreras comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea para ello suprimirá aranceles, normativa innecesaria, restricciones a la inversión y simplificará las gestiones para realizar compraventas entre ambos. Una muestra de fuerza que pretende mantener el status quo actual y evitar que nuevos jugadores acaben con el papel preponderante que tienen actualmente la UE y Estados Unidos.
Aunque a priori podría parecer, sobre todo según lo han vendido las instituciones, que es un proyecto que beneficiará el libre comercio entre ambos bloques, lo cierto es que organizaciones empresariales y ciudadanas han dado la voz de alarma sobre el mismo. En muchos casos, se apunta que este macro tratado igualará la normativa a la baja. Es decir que ante dos legislaciones se decantará por aquella que menos trabas imponga, pero no por ello esta será ni la más beneficiosa para el ciudadano, ni siquiera para el empresario.
Las organizaciones ecologistas también han advertido que si no se tienen en cuenta los criterios medioambientales este tratado será un fracaso. Así las cosas, la UE lanzó esta campaña que ahora muestra las reticencias de los ciudadanos.