En línea con el resto de países europeos, el crecimiento en Reino Unido se ralentizó en 2016, hasta cerrar en el 1,8%, cuatro décimas por debajo de la cifra de 2015 (2,2%), según los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadística (ONS). El cuatro trimestre reflejó un buen comportamiento de la economía británica en […]
Dirigentes Digital
| 22 feb 2017
En línea con el resto de países europeos, el crecimiento en Reino Unido se ralentizó en 2016, hasta cerrar en el 1,8%, cuatro décimas por debajo de la cifra de 2015 (2,2%), según los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadística (ONS). El cuatro trimestre reflejó un buen comportamiento de la economía británica en su conjunto, con un avance del PIB del 0,7% respecto a los anteriores (0,6%) y por encima de las expectativas. Los últimos tres meses registraron las tasas de crecimiento más altas del año debido en gran parte al impulso de las exportaciones y al gasto público, mientras que el consumo privado y la inversión fija manifestaron leves retrocesos. En términos interanuales, el PIB británico avanzó un 2% entre octubre y diciembre, en línea con el trimestre anterior y por debajo de las expectativas del 2,2%. Frente a los datos de 2015, la inversión empresarial fue el indicador que más lastró el crecimiento en el último periodo del año. La actividad en Reino Unido reflejó una mayor ralentización si se compara con el crecimiento del 3,1% de 2014. Los últimos datos interanuales muestran un parón en el ritmo de expansión manifestado desde el segundo trimestre (del 1,6% al 1,7% y al 2%). En el mismo sentido, la Comisión Europea en su último informe de “Perspectivas de Invierno” sitúa el avance del PIB en el 1,5% para 2017 y en el 1,2% para 2018, revisando al alza sus primeros pronósticos del 1% y del 1,2% ante la incertidumbre del “Brexit”. La economía británica ha mantenido una tasa de crecimiento media del 2,45% desde mediados del siglo XX, con sus mayores caídas en el primer trimestre de 2009 (-6,10%).