National Grid, el principal proveedor de gas en Reino Unido, ha emitido una alerta este jueves advirtiendo de que sus reservas no podrán cubrir la demanda energética de esta jornada. A pesar de que el Gobierno británico ha señalado que los consumidores no notarán esta escasez repentina, los precios han aumentado un 130% en las últimas […]
Dirigentes Digital
| 01 mar 2018
National Grid, el principal proveedor de gas en Reino Unido, ha emitido una alerta este jueves advirtiendo de que sus reservas no podrán cubrir la demanda energética de esta jornada. A pesar de que el Gobierno británico ha señalado que los consumidores no notarán esta escasez repentina, los precios han aumentado un 130% en las últimas horas. La bajada repentina de las temperaturas debido al temporal de frío y nieve que azota Europa Occidental ha provocado que los termómetros bajen a niveles más bajos que los de Islandia y, al mismo tiempo, ha provocado cortes en el suministro de gas tanto de producción británica como procedente de Holanda y Noruega. De este modo, la demanda nacional de gas se ha disparado a su máximo en los últimos cinco años y se prevé que a lo largo del próximo fin de semana se invierta la tendencia habitual, que marca un mayor consumo en días laborables, debido a un repunte en el temporal. National Grid, que ha descartado que se produzca un corte de suministro que afecte a la población, sí ha dado por sentado que se producirán disrupciones en el sector industrial, al que ha anunciado que compensará por sus posibles pérdidas a quienes sufran escasez y premiará a las que reduzcan su consumo. Entre los afectados, sin embargo, hay servicios públicos de transporte y sanidad que también podrían sufrir cortes. El almacenamiento de gas natural ha alcanzado este febrero su nivel más bajo desde que comenzaron a tomarse registros, en 2006. El Gobierno británico atribuye esta escasez al cierre del mayor almacén de gas del país por decisión de la compañía Centrica, que acumulaba el 70% del total de las reservas, a pesar de que otras instalaciones han tomado su relevo. El Ejecutivo británico, que ha sido acusado de falta de previsión por parte de la oposición, ha señalado que National Grid, que es dueño de los gasoductos que proveen al país, ha lanzado esa alerta para aumentar la llegada de suministros de gas y mejorar el volumen de reservas. Además, Londres ha asegurado que todavía hay gas natural liquificado suficiente en las centrales de Kent y South Hook para cubrir cualquier eventualidad, mientras el Partido Laborista ha criticado que se permitiese a Centrica el cierre de su principal almacén y ha denunciado la inacción gubernamental ante la dependencia energética del país, especialmente si un Brexit duro obliga a Reino Unido a renegociar sus contratos con proveedores comunitarios.