La primera subida de tipos de la Fed se produjo en diciembre de 2015, pero ha evitado ir más allá en un terreno que podría ser contraproducente tanto económica como financieramente, debido al impacto que tendría en los tipos de interés a largo plazo y los mercados de capitales. Hasta ahora, la moderada inflación ha […]
Dirigentes Digital
| 20 jul 2016
La primera subida de tipos de la Fed se produjo en diciembre de 2015, pero ha evitado ir más allá en un terreno que podría ser contraproducente tanto económica como financieramente, debido al impacto que tendría en los tipos de interés a largo plazo y los mercados de capitales. Hasta ahora, la moderada inflación ha dado margen a la autoridad monetaria, aunque su objetivo (cercano al 2% anualizado) podría alcanzarse en un futuro cercano. La reducción del efecto del precio de las materias primas y la presión salarial aumentarán los costes empresariales.
Por prudencia, Janet Yellen ha insistido durante mucho tiempo en que la política se mantendría bastante liberal y el voto a favor del Brexit en Reino Unido reforzará esta postura. Sin embargo, recientemente apuntó que los salarios están claramente comenzando a crecer más rápido y que el bajo aumento de la productividad supone una fuente de preocupación para el futuro. El Comité Federal de Mercado Abierto parece que comparte su punto de vista de que siempre será posible ajustar la política monetaria, pero es más difícil evitar la volatilidad que provocará en los tipos de interés y las divisas. Como resultado, la Fed probablemente optará por la inacción durante los próximos meses.
Europa ha estado mejorando, pero la situación es muy diferente a la de Estados Unidos y el BCE presionará con su programa de compra de activos. La Fed paró el QE en octubre de 2014, cinco años después la primera economía ha comenzado a recuperarse, pero el BCE todavía necesita reforzar la incipiente recuperación europea. Los tipos de interés negativos, por lo tanto, continuarán ocupando un lugar destacado en el entorno actual. La salida de Reino Unido de la Unión Europea refuerza este argumento y los escenarios que sugieren que el mercado de dinero podría volver a secarse como hizo en 2007 parecen exagerados. Además, creemos que el BCE tiene suficiente munición para contener los temores sobre los diferenciales de los países periféricos por el momento.
Dada la postura acomodaticia del BCE, las bajas tasas de impagos y con los inversores en busca de rendimientos, el mercado de bonos corporativos ofrece oportunidades de inversión, pero sobre todo en los segmentos de calificación más baja. La deuda de países emergentes debería ofrecer también diferentes oportunidades de inversión dado el nivel absoluto del rendimiento de bonos denominados moneda fuerte y la posibilidad de que una flexibilización monetaria impulse la deuda en divisa local. El riesgo por la duración tendrá que seguir siendo gestionado de forma activa ante los rendimientos extremadamente bajos de los bonos gubernamentales y el persistente entorno de volatilidad.
Philippe Uzan, director de inversiones en Edmond de Rothschild AM (France).