Temen inversores y analistas que, de la mano de China, las materias primas y ahora la banca, la economía mundial recaiga en la recesión. Han perdido, al mismo tiempo, buena parte de la confianza, clave, que habían depositado en los bancos centrales, con la Reserva Federal (Fed) "embarcada" en un ciclo alcista, y las nuevas […]
Dirigentes Digital
| 15 feb 2016
Temen inversores y analistas que, de la mano de China, las materias primas y ahora la banca, la economía mundial recaiga en la recesión. Han perdido, al mismo tiempo, buena parte de la confianza, clave, que habían depositado en los bancos centrales, con la Reserva Federal (Fed) "embarcada" en un ciclo alcista, y las nuevas medidas de estímulo de Banco Central Europeo (BCE) y Banco de Japón (BoJ por sus siglas en inglés) sin convencer del todo…
Un entorno que les lleva a buscar "refugio seguro" en los clásicos: oro, divisas fuertes y, sobre todo, deuda soberana. Una huida del riesgo que mantiene a la rentabilidad del diez años estadounidense muy lejos del 2% objetivo, a la de su homólogo alemán en mínimos y a muchos plazos europeos incluso en negativo…
Barclays tiene que claro que en este contexto "los inversores tienen que ser mucho más cautos en la estrategia de ‘comprar en los descensos’ (buy the dip en los países anglosajones) que ha prevalecido y funcionado bien en los spreads periféricos en los últimos años". Precaución también en estos activos que les lleva a posicionarse neutrales tanto en duración como en diferenciales.
En las últimas semanas, la escalada protagonizada por los spreads de la deuda periférica les ha llevado a niveles vistos durante el último episodio de riesgo de salida de Grecia del euro este verano, pero la firma no cree que "los riesgos sistémicos en el universo soberano europea estén en ese punto". Destacan que los fundamentales son más fuertes que durante la crisis de deuda entre 2011 y 2012; además, la rentabilidad total (que es la que importa a la hora de evaluar la sostenibilidad de la deuda) está bien contenido y es manejable.
Sin embargo, hay que tener cuidado con operativa de buy the dip pues el "cuadro macro es frágil. Con buena parte de los mercados de crédito bajo una notable presión, el papel periférico probablemente se utilice como cobertura macro para las carteras de crédito más amplias". Por otra parte, aunque consideran que el BCE aumentará sus apoyos en marzo, "si se limita a repetir lo que ha hecho en el pasado, es poco probable que tenga un impacto tan fuerte, e incluso podría ser hasta contraproducente para el mercado".
De hecho, señalan, incluso la ampliación de su programa de compra de activos (QE) es poco probable que impresione significativamente, pues "es más de lo mismo, salvo que decida añadir al mismo activos más arriesgados". Pero, matizan, hasta en este caso "la acción del BCE puede no ser suficiente para que el cuadro macro se invierta de forma significativa ante el nerviosimos que rodea la eficacia de sus acciones".
Y, en tercer lugar, la cautela debe mandar si tenemos en cuenta la delicada situación política de la región ante la crisis de los refugiados, las tensiones internas en Portugal, España y Grecia. Y, más importante aún, el debate en torno a la pertenencia de Reino Unido a la Unión Europea (UE). "Si bien estos riesgos no serán descontados por los precios de forma agresiva inmediatamente, es probable que aumentan la beta de los spreads periféricos", explican.
En definitiva, a pesar de que estos expertos descartan un episodio como el de 2011-2012, "creemos que estamos en un entorno donde los inversores deben ser mucho más cuidadosos a la hora de saltar de nuevo al carry trade periférico". En su opinión, unos diferenciales más amplios solo ofrecerán valor "si el contexto económico global se invierte, ya sea porque el mercado decide que no es tan malo" como cree, o ante nuevas intervenciones realmente extraordinarias por parte de los bancos centrales.
Recordemos asimismo la advertencia de Amilcar Barrios, analista de inversiones de Tressis: "Mucho cuidado, con los niveles que están alcanzando las rentabilidades, cercanas a los mínimos de primavera que acabaron en estallido". Mientras, desde Lazard Frères Gestion descartan la inversión en deuda soberana, pues el incremento de los tipos a largo plazo en Estados Unidos tendrá impacto en otros lugares; tampoco es interesante el efectivo, ni los bonos corporativos.