Las Bolsas se han apoyado principalmente en las políticas monetarias acomodaticias de los bancos centrales de todo el mundo, de manera especial desde China, pero también de la debilidad del dólar, la subida de los precios del petróleo y un posicionamiento reducido en este tipo de activos emergentes. Adicionalmente, han entrado en juego factores de […]
Dirigentes Digital
| 08 jun 2015
Las Bolsas se han apoyado principalmente en las políticas monetarias acomodaticias de los bancos centrales de todo el mundo, de manera especial desde China, pero también de la debilidad del dólar, la subida de los precios del petróleo y un posicionamiento reducido en este tipo de activos emergentes. Adicionalmente, han entrado en juego factores de respaldo a la renta variable específicos de cada país.
En Asia, señalan los analistas de Barclays, los retornos ajustados al riesgo han sido positivos para las acciones mientras que los de la deuda en moneda local están cerca de cero. Esto contrasta con Latinoamérica, Europa del este, Oriente Medio y África (CEEMEA por sus siglas en inglés), donde en ambos casos las rentabilidades son negativas. Y es que, explican, la relativa fortaleza de las divisas asiáticas frente al dólar ha beneficiado a los activos de la región.
El buen comportamiento registrado por la Bolsa china, impulsada por las expectativas de más estímulos monetarios ante la debilidad de la actividad económica, ha sido el principal motor del repunte de la renta variable de la región, que se ha visto apoyado también por las subidas en las acciones de Corea y Taiwan. "El selloff sufrido recientemente por la renta fija, así como la presión sobre India e Indonesia, ha dado lugar a cierta reversión en lo activo asiáticos, pero siguen por encima de los de otras regiones", matizan.
Por el contrario, las monedas latinoamericanas se han debilitado frente al dólar y esto ha lastrado tanto a la deuda como a las Bolsas. Aún así, las segundas lo han hecho mejor que la primera en términos relativos, gracias a la recuperación de los precios de las materias primas, especialmente el petróleo y el cobre. Adicionalmente, la renta fija se ha visto presionada por la falta de flexibilización monetaria, especialmente en Brasil.
Mientras tanto, en la región CEEMEA, el rally de la renta variable en divisa local ha sido impresionante, ante el efecto de las compras de deuda (QE) del Banco Central Europeo (BCE) en las economías de Europa central y del este, así como la recuperación experimentada por el mercado ruso. En renta fija, la imagen es más "mixta", las yields de la deuda han subido en Polonia y Hungría (por unas mejores perspectivas económicas) y también en Turquía y Sudáfrica (economías más vulnerables).
"Las valoraciones relativas en los mercados desarrollados favorecen a Bolsa frente a deuda. Sin embargo, este supuesto no es tan convincente en el caso de los emergentes. La ‘brecha’ entre la rentabilidad real (ingresos menos yields real de los bonos a diez años) está ahora muy por debajo de su promedio desde mayo de 2007", explica la entidad británica.
Así, concluye que, en el caso de Rusia, Turquía y Corea, parece que sus mercados de renta variable son más atractivos que los de renta fija; en el lado contrario, la deuda de Brasil, Hungría, México, Sudáfrica y Colombia tiene mejores perspectivas que su Bolsa.