“Yo soy mucho menos importante que la reforma constitucional”. Con estas palabras, Matteo Renzi demostraba esta semana que su promesa de dimitir si gana el ‘No’ en el referéndum quedará en papel mojado. Pero no lo tendrá fácil. A grandes rasgos, la reforma sometida a votación el próximo domingo está pensada para que el Senado […]
Dirigentes Digital
| 02 dic 2016
“Yo soy mucho menos importante que la reforma constitucional”. Con estas palabras, Matteo Renzi demostraba esta semana que su promesa de dimitir si gana el ‘No’ en el referéndum quedará en papel mojado. Pero no lo tendrá fácil. A grandes rasgos, la reforma sometida a votación el próximo domingo está pensada para que el Senado nacional pase de contar con 315 senadores a un máximo de 100, elegidos por los gobiernos territoriales, y que no percibirán sueldo. Es decir, se acaba con la función legislativa del Senado para que las recupere el Estado. Para los expertos de Capital Group, esta consulta ha sido defendida por Renzi “como una manera de acabar con el estancamiento político y para constituir un gobierno más estable y duradero”. Sin embargo, y por mucho que él se empeñe en negarlo, consideran que “el descenso en la popularidad del primer ministro y su intención de dimitir si fracasa han hecho que la consulta se convierta básicamente en un referéndum sobre el propio Renzi”. Como tal, hay una elevada probabilidad de que la propuesta sea rechazada, lo que desembocaría en otro período de incertidumbre para el gobierno italiano. “Esto podría abrir la puerta para propuestas anti-establishment, algunas de las cuales podrían querer seguir el camino de Reino Unido fuera de la UE e incluso fuera de la zona euro”, indican desde la firma. Desde Fidelity apuntan a que los partidos de la oposición están aprovechando la oportunidad para hacer oír su voz, sobre todo el contestatario Movimiento Cinco Estrellas (M5E), que se ha impuesto en las elecciones municipales de ciudades clave como Roma y Turín. Goza de un gran apoyo social y es un serio adversario en las próximas elecciones. Capital Group duda de que se pueda llegar a un ‘extremo Italexit’. “El poder político de Renzi podría reducirse considerablemente y en última instancia podría abandonar su cargo. Sin embargo, la permanencia de Italia en la Unión Europa es segura, principalmente porque es demasiado caro salir de ella”, aseguran. En el mismo sentido se manifiesta Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, al asegurar que más allá de una reforma constitucional, “el referéndum será una moción de confianza para el gobierno de Matteo Renzi, que lleva desde febrero de 2014 como presidente”. Una de las opciones que manejan los expertos, es que en caso de rechazo, Renzi podría acabar convocando unas elecciones anticipadas, “generando así mayor inestabilidad política en un país históricamente muy fragmentado”. A su juicio, y tras el auge de determinados movimientos políticos en otros países, esta consulta servirá de termómetro del populismo en Europa, pudiendo tener influencia en los procesos electorales previstos para 2017 en países como Holanda, Francia y Alemania. Consecuencias para la economía y la banca Italia lleva tiempo creciendo a un menor ritmo que el conjunto de la zona euro, pero desde la llegada de Renzi esta diferencial se ha estrechado. De hecho, el Producto Interno Bruto (PIB) de la tercera mayor economía de la Zona Euro creció de julio a septiembre un 0,3% frente al segundo trimestre y nueve décimas ( 0,9%) en relación al mismo periodo de 2015, gracias al impulso de la demanda interna. Tal y como recuerdan los expertos de Columbia Threadneedle, Renzi es el tercer primer ministro en cuatro años y su gobierno es el número 63 de los últimos 70. “Si el referéndum tiene éxito, la esperanza es que Italia tenga más estabilidad en su estructura política, abriendo el camino a las reformas económicas que podrían permitir al gobierno abordar varios problemas estructurales que obstaculizan el crecimiento económico”. A su juicio, hay tres áreas de la economía que deben abordarse inmediatamente: El mercado laboral y la demografía, que se enfrenta al envejecimiento de la población con alto nivel de desempleo entre los más jóvenes, la baja productividad, y la elevada deuda del sector público con un sistema bancario mal capitalizado. Son precisamente los bancos otros de los grandes interesados en el resultado de la votación. En principio, no debería afectarles. Pero desde el Departamento de Análisis de Bankinter recuerdan que el primer ministro se ha movido en Europa defendiendo un sistema bancario débil y descapitalizado, frente a la presión de Bruselas para recapitalizarlo. “Las recapitalizaciones de varios bancos italianos, con Monte Dei Paschi liderando el ranking con unos 5.000 millones de euros, deberían anunciarse justo después del referéndum”, indican, advirtiendo que la falta de confianza que surgiría en caso de una victoria del ‘No’ “haría muy difícil que éstas se llevaran adelante desde el frente privado, ya que la apelación de dichos bancos al mercado (MPS, pero también Popolare di Vicenza, Veneto Banca y Carige) sería francamente difícil en la práctica”. El diario italiano Corriete della Sera ha informado de que Italia ya ha iniciado las negociaciones con la Comisión Europea para fijar los términos del rescate bancario del Monte dei Paschi, cuyo resultado podría conocerse la próxima semana. El periódico italiano afirma que Italia ya ha presentado una solicitud para poner en marcha una recapitalización pública de la entidad. La Comisión estaría dispuesta a limitar la carga para los accionistas y titulares de deuda, y se está debatiendo hasta qué punto se podría eximir a los inversores minoristas que posean bonos subordinados. Según informa Reuters, el jefe del área financiera del banco, Francesco Mele, ya declaró esta semana que se esperaba que la Comisión aceptase que solo los accionistas y titulares de bonos junior compartiesen las pérdidas del banco antes de que éste reciba cualquier ayuda estatal. Y es que las reglas comunitarias requieren que los inversores hagan frente a las pérdidas antes de que los bancos puedan sacar provecho del dinero público, aunque en casos como el de Monte dei Paschi, podría aplicarse una versión “menos estricta” de estas normas.